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20 Abr 202401:10

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Los retos de Telefónica: más contenidos, menos deuda y remontada en bolsa en 2019

03 Dic 2018 — 05:00
Daniel López
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La compañía de telecomunicaciones es optimista de cara al futuro, aunque reconoce que su comportamiento bursátil no ha sido bueno. La lucha del grupo pasa por acabar con la idea de que el retorno de la inversión en el sector está menguando.

Los retos de Telefónica: más contenidos, menos deuda y remontada en bolsa en 2019

 

La industria de las telecomunicaciones intenta moverse al compás de la revolución digital, y en cierto modo lo logra, pero la mochila regulatoria y estructural pesa demasiado. Telefónica es optimista con el futuro y su presidente, José María Álvarez-Pallete, quiso trasladar ese ánimo a cerca de mil inversores la semana pasada. El año 2019 está a la vuelta de la esquina y la compañía española hará lo posible por ganar competitividad frente a los gigantes digitales. Eso se traduce en consolidar su rol como plataforma de servicios audiovisuales, en reducir su deuda y en convencer a los mercados.

 

La empresa quiere acabar con la idea de que el retorno de la inversión en el sector de las telecomunicaciones es decreciente. Así lo ha padecido la industria en los dos últimos años, con un rendimiento en Europa inferior al del resto del mundo. Aunque parezca que la digitalización es el paso natural para prosperar, lo cierto es que se ha convertido en un arma de doble filo para las telecos. “Los inversores piensan que van a venir nuevas tecnologías, como la fibra, el 5G y el espectro, que va a requerir un esfuerzo de inversión que no vamos a ser capaces de rentabilizar”, indicó Pallete.

 

En 2019, uno de los retos de Telefónica será ganarse esa confianza para remontar en los mercados. El grupo ha caído un 9,4% en bolsa en los últimos doce meses y un 4,7% en lo que va de año, situando su capitalización bursátil cerca de los 41.000 millones de euros. El descenso es aún más pronunciado si se atiende a los últimos cinco años, con un 36% menos. Para Pallete, parte de la culpa reside en una “regulación del antiguo régimen” que supone que en Europa haya “más de 450 operadores móviles” mientras que en Estados Unidos y China sólo hay “cuatro o cinco”.

 

 

 

 

La mochila regulatoria, cuyo peso también transportan sectores como la banca, hace que para un gigante como Telefónica sea más difícil avanzar en el paradigma digital. A ello también se suma la infraestructura, que provoca que cualquier paso que se quiera dar hacia adelante sea más lento y abrumador. Para la operadora es crucial romper esas barreras si quiere ejecutar, e incluso liderar, el viaje de la transformación digital. Por ello, la empresa también tiene sobre la mesa la venta de activos no estratégicos.

 

Por ejemplo, el grupo estudia la desinversión total o parcial de sus filiales en México y Centroamérica, que agrupa las operaciones en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Este movimiento no sólo obedece a la intención de Telefónica por soltar lastre en su nueva estrategia para los próximos tres años, sino que también pasa por la fijación que tiene la compañía por reducir su deuda.

 

Telefónica ha rebajado su deuda en más de 10.000 millones de euros en el último trienio. A cierre de septiembre, esta se había reducido en 1.594 millones de euros respecto a finales de 2017, quedándose en 42.636 millones de euros. Las desinversiones financieras netas tuvieron mucho peso en esta disminución. En noviembre, el grupo soltó lastre con la venta de Antares a Catalana Occidente por 161 millones de euros.

 

 

 

 

Por tanto, uno de los retos de Telefónica en 2019 pasa por batir al monstruo de la deuda. Pese a que esta es superior a su capitalización bursátil, la empresa se muestra optimista para reducirla. A su favor, la compañía destaca que el apalancamiento ha sido compatible en los últimos tres años con el pago de 7.000 millones de dividendo, sin incluir la recompra de acciones. En ese aspecto, el grupo presume de solvencia tras haber extendido en ese periodo la vida media de los préstamos con tipos de interés fijos y, por lo tanto, haber reducido su exposición a las variaciones crediticias.

 

Telefónica ha revisado al alza su objetivo de crecimiento para 2018 tras las “mejores tendencias, fortaleza y solidez del negocio en el tercer trimestre y el buen posicionamiento operativo en los principales mercados”, señaló la empresa en su última presentación de resultados. En los nueve primeros meses del año, la teleco alcanzó una cifra de negocio por servicios digitales de 4.901 millones de euros, un 25,3% más en comparación con el mismo periodo de 2017.

 

Cerca de la mitad de esos ingresos provinieron de la facturación por servicios digitales, especialmente del vídeo. En este terreno cobran importancia dos elementos: una es la adquisición de los derechos de emisión del fútbol este verano y el otro la alianza con Netflix. En este contexto, su filial Movistar logró registrar saldo positivo en portabilidad en agosto, algo que no ocurría desde noviembre de 2017. La evolución ha demostrado ser positiva, ya que en septiembre la compañía contabilizó un resultado favorable de 33.462 líneas. Habrá que ver si, una vez conseguidos los clientes, podrá seguir ganando nuevos usuarios.

 

 

 

 

La visión por convertirse en una plataforma de plataformas es también uno de los pasos clave a dar por parte de Telefónica en 2019. Tanto la producción de contenidos propios como los partnerships con terceros han demostrado ser un polo de atracción para los consumidores, ni qué decir de su fidelidad. Para hacer efectiva esta estrategia audiovisual también será necesario seguir haciendo hincapié en las tecnologías que generan un valor añadido, como puede ser la inteligencia artificial.

 

Pallete aseguró hace unos días que el futuro de Telefónica “está lleno de oportunidades” en ese sentido. “La revolución que se va a producir en la conectividad de datos es tremenda”, aseguró. La empresa de telecomunicaciones sabe que los nuevos negocios surgidos al calor de la digitalización representan oportunidades. Por tanto, los pasos clave están en aquellas tecnologías que se basan en la conectividad, como los servicios sobre esas redes, el big data, la nube, el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y la seguridad.

 

Telefónica encara un nuevo año con la diversificación de negocio, la simplificación de la estructura y el recorte de gastos en mente. La presión es alta, pero al mismo tiempo es un revulsivo para ir más allá de los servicios tradicionales. A su favor existe un entorno creciente de la conectividad y los negocios asociados. Según Pallete, “nuestra empresa es cada vez más relevante porque las redes son cada vez más relevantes”.

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