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24 Abr 202417:22

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España, a medio gas: el país sólo captura el 13,5% de su potencial digital

17 Jul 2017 — 04:57
Daniel López
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El avance de la transformación digital en España durante los próximos ocho años podría incrementar el Producto Interior Bruto (PIB) del país entre un 1,3% y un 1,8%

Digitalización, transformación y potencial tecnológico. Estas son sólo algunas de las palabras que acompañan desde hace un tiempo a la Administración, a las empresas y a los propios ciudadanos de España. El camino hasta ellas, no obstante, es largo y sinuoso, y pese a los significativos avances que ha experimentado el país en esta materia, aún queda lejos de los principales líderes digitales.  Esta es la idea que se desprende del estudio La reinvención digital: una oportunidad para España, elaborado por la consultora McKinsey y por la Fundación Cotec para la Innovación (Cotec). Según el informe, España sólo ha capturado un 13,5% de su potencial digital pese a sus avances en términos de digitalización.  Algunos de los factores que ilustran este caso son los siguientes. La economía digital representa el 5,6% del Producto Interior Bruto (PIB) de España. Pese a ello, esta cifra es aproximadamente la mitad de la de Reino Unido (10%), y está por debajo también de otros países como Estados Unidos (8%), Suecia (6,9%) y Holanda (6,6%).  La Administración falla a la hora de promover el uso de TIC entre empresas y usuarios   En el lado opuesto, y en el caso del sector público, las instituciones españolas se encuentran a la cabeza en Europa en calidad y ofertas de servicios online, según el Índice de Servicios Online (OSI). En este sentido, España se sitúa en segundo lugar, con una puntuación de 0,94 sobre 1, solo por detrás de Francia y al mismo nivel que Estados Unidos.  Sin embargo, la Administración pública está fallando a la hora de promover el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) entre empresas y usuarios del país. En esta línea, el estudio señala que la implantación de estas tecnologías podría servir de motor para el desarrollo del talento digital.  La diferencia entre España y sus vecinos europeos en el sector público también se replica en el sector privado. Pese a que las compañías están avanzando en este ámbito, lo cierto es que todavía están lejos de los principales países del continente. En este sentido, el uso de Internet para transacciones entre empresas sigue siendo muy inferior en España, con una puntuación de 5,1 sobre 7 en comparación con Reino Unido y Noruega, que se mueven en valores cercanos a los 6 puntos.  Noruega invierte cuatro veces más en publicidad online que España   Por otra parte, las compañías españolas presentan un nivel de adopción tecnológica más bien bajo (4,9 puntos) en comparación con los líderes digitales europeos y Estados Unidos (6,1 puntos), lo cual indica que existe margen de mejora significativo en este campo.  Además, el nivel de gasto que realizan las empresas españolas en publicidad también está muy por detrás de algunas potencias digitales de Europa. A modo de ejemplo, la inversión de por parte de países como Noruega o Reino Unido en este segmento es cuatro veces superior a la que realiza España.   El español y las facturas en papel Pese a que el ciudadano español destaca por su nivel de adopción de nuevas tecnologías, especialmente en el uso de redes sociales o en el uso de Internet a través del smartphone, el impacto de estas tecnologías en su día a día continúa siendo bajo si se compara con países como Noruega o Suecia.   En estos países, la tasa de penetración de Internet alcanza el 95%, mientras que en España es del 72%. Por otra parte, aspectos cuotidianos como el recibo de las facturas continúa produciéndose lejos del online: el 76% de las facturas de electricidad y el 69% de las de gas natural todavía se reciben en formato de papel por correo postal.  El motor de crecimiento de España Las oportunidades de crecimiento de España gracias a la digitalización son muy altas. Según el informe de McKinsey y Cotec, la transformación digital en el país durante los próximos ocho años podría incrementar el PIB entre un 1,3% y un 1,8%, lo que supondrían entre 150.000 millones y 225.000 millones de euros.  Para llegar a ese punto, el estudio señala que la automatización va a cambiar la naturaleza del trabajo y será necesario que las personas sepan trabajar junto a las máquinas. De esta forma, el 48% de las actividades desarrolladas en España son potencialmente automatizables con la tecnología actual.  Sin embargo, esto no significa necesariamente la desaparición de aproximadamente la mitad de los trabajos, sino que la mayoría de ellos estarán afectados de algún modo por la digitalización. En realidad, menos del 5% de las profesiones son potencialmente automatizables en su totalidad, aunque más del 60% de ellas tienen al menos un 30% de actividades que se pueden automatizar.  Además del impacto de la transformación digital, la creación de un mercado digital único, que pretende eliminar las barreras relacionadas con los bienes y servicios digitales dentro del mercado europeo, podría elevar el PIB hasta un 0,5% adicional.

 

Digitalización, transformación y potencial tecnológico. Estas son sólo algunas de las palabras que acompañan desde hace un tiempo a la Administración, a las empresas y a los propios ciudadanos de España. El camino hasta ellas, no obstante, es largo y sinuoso, y pese a los significativos avances que ha experimentado el país en esta materia, aún queda lejos de los principales líderes digitales.

 

Esta es la idea que se desprende del estudio La reinvención digital: una oportunidad para España, elaborado por la consultora McKinsey y por la Fundación Cotec para la Innovación (Cotec). Según el informe, España sólo ha capturado un 13,5% de su potencial digital pese a sus avances en términos de digitalización.

 

Algunos de los factores que ilustran este caso son los siguientes. La economía digital representa el 5,6% del Producto Interior Bruto (PIB) de España. Pese a ello, esta cifra es aproximadamente la mitad de la de Reino Unido (10%), y está por debajo también de otros países como Estados Unidos (8%), Suecia (6,9%) y Holanda (6,6%).

 

 

 

En el lado opuesto, y en el caso del sector público, las instituciones españolas se encuentran a la cabeza en Europa en calidad y ofertas de servicios online, según el Índice de Servicios Online (OSI). En este sentido, España se sitúa en segundo lugar, con una puntuación de 0,94 sobre 1, solo por detrás de Francia y al mismo nivel que Estados Unidos.

 

Sin embargo, la Administración pública está fallando a la hora de promover el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) entre empresas y usuarios del país. En esta línea, el estudio señala que la implantación de estas tecnologías podría servir de motor para el desarrollo del talento digital.

 

La diferencia entre España y sus vecinos europeos en el sector público también se replica en el sector privado. Pese a que las compañías están avanzando en este ámbito, lo cierto es que todavía están lejos de los principales países del continente. En este sentido, el uso de Internet para transacciones entre empresas sigue siendo muy inferior en España, con una puntuación de 5,1 sobre 7 en comparación con Reino Unido y Noruega, que se mueven en valores cercanos a los 6 puntos.

 

 

 

Por otra parte, las compañías españolas presentan un nivel de adopción tecnológica más bien bajo (4,9 puntos) en comparación con los líderes digitales europeos y Estados Unidos (6,1 puntos), lo cual indica que existe margen de mejora significativo en este campo.

 

Además, el nivel de gasto que realizan las empresas españolas en publicidad también está muy por detrás de algunas potencias digitales de Europa. A modo de ejemplo, la inversión de por parte de países como Noruega o Reino Unido en este segmento es cuatro veces superior a la que realiza España.

 

El español y las facturas en papel

Pese a que el ciudadano español destaca por su nivel de adopción de nuevas tecnologías, especialmente en el uso de redes sociales o en el uso de Internet a través del smartphone, el impacto de estas tecnologías en su día a día continúa siendo bajo si se compara con países como Noruega o Suecia.

 

En estos países, la tasa de penetración de Internet alcanza el 95%, mientras que en España es del 72%. Por otra parte, aspectos cuotidianos como el recibo de las facturas continúa produciéndose lejos del online: el 76% de las facturas de electricidad y el 69% de las de gas natural todavía se reciben en formato de papel por correo postal.

 

El motor de crecimiento de España

Las oportunidades de crecimiento de España gracias a la digitalización son muy altas. Según el informe de McKinsey y Cotec, la transformación digital en el país durante los próximos ocho años podría incrementar el PIB entre un 1,3% y un 1,8%, lo que supondrían entre 150.000 millones y 225.000 millones de euros.

 

Para llegar a ese punto, el estudio señala que la automatización va a cambiar la naturaleza del trabajo y será necesario que las personas sepan trabajar junto a las máquinas. De esta forma, el 48% de las actividades desarrolladas en España son potencialmente automatizables con la tecnología actual.

 

Sin embargo, esto no significa necesariamente la desaparición de aproximadamente la mitad de los trabajos, sino que la mayoría de ellos estarán afectados de algún modo por la digitalización. En realidad, menos del 5% de las profesiones son potencialmente automatizables en su totalidad, aunque más del 60% de ellas tienen al menos un 30% de actividades que se pueden automatizar.

 

Además del impacto de la transformación digital, la creación de un mercado digital único, que pretende eliminar las barreras relacionadas con los bienes y servicios digitales dentro del mercado europeo, podría elevar el PIB hasta un 0,5% adicional. 

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