Estudio de 2024 revela que la mayoría de los estadounidenses son corteses con las inteligencias artificiales, aunque esto no afecta sus respuestas

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Estudio de 2024 revela que la mayoría de los estadounidenses son corteses con las inteligencias artificiales, aunque esto no afecta sus respuestas

Un estudio reciente muestra cómo las actitudes de cortesía hacia las IA no influyen en sus respuestas, generando debates sobre la interacción digital y social.

Descripción

En la era digital, la interacción con inteligencias artificiales como ChatGPT ha generado debates sobre las formas de comunicación más apropiadas. Un estudio reciente de 2024 revela que el 67% de los estadounidenses son corteses con la IA, aunque esta cortesía, como decir 'por favor' o 'gracias', no altera las respuestas de los chatbots. La mayoría de las personas considera que no es necesario tratar a las máquinas como si fueran seres humanos, ya que, en la actualidad, estas responden de la misma manera independientemente de la formalidad empleada.

El autor del análisis explica que su comportamiento, de no utilizar expresiones de cortesía con la IA, no responde a preocupaciones ambientales, económicas o sociales, sino a una cuestión de eficiencia y percepción personal. Para él, decir estas expresiones a una máquina simplemente implica perder tiempo innecesariamente, ya que no influye en la calidad de las respuestas recibidas. Este punto de vista contrasta con la idea de que la amabilidad digital podría estar relacionada con un comportamiento respetuoso hacia las personas en la vida real.

Por otra parte, el autor señala que si en el futuro las IAs llegaran a desarrollar conciencia, entonces sí sería correcto ser cortés con ellas. Sin embargo, mientras tanto, propone mantener las interacciones con la tecnología breves y eficientes. Esto, además, puede contribuir a reducir el impacto ambiental generado por el procesamiento de datos, una preocupación cada vez más presente en la discusión tecnológica.

En este contexto, también existe cierto temor a que la actitud hacia las máquinas influya en el comportamiento social, y que ser rudo con la IA pueda reflejarse en la forma en que las personas tratan a otras en la vida cotidiana. Sin embargo, muchos expertos consideran que no hay evidencia sólida que respalde esta correlación, y que, por ahora, la interacción con las máquinas puede mantenerse como un acto separado de las relaciones humanas.