De la moda al ‘expertise’ digital: Valeria Domínguez irrumpe en la Red con Digital Influencer

Liderar el debate digital. Este es el objetivo que se ha marcado Valeria Domínguez, ex directora de ecommerce de Adolfo Domínguez, con su nueva apuesta personal: Digital Influencer. La directiva ya ha puesto en marcha su nueva plataforma, un punto de encuentro para profesionales del sector digital en el que puedan nutrirse de recursos relacionados con el ecommerce, big data y otras tendencias, y aportar su propio conocimiento sobre esta industria.

“Quiero crear una comunidad y un club abierto, completamente transparente, donde la gente comparta su conocimiento y expertise”, ha asegurado Domínguez a Kippel01. La nueva plataforma parte con más de 200 recomendaciones de empresas y recursos en las áreas de tecnología, educación, márketing digital, talento y start ups.

A modo de ejemplo, un emprendedor que desee crear un ecommerce pero no esté seguro de cuál puede ser la mejor plataforma como base de su negocio podría acceder a Digital Influencer para conocer las opciones que tiene y acudir a las reseñas de los diferentes usuarios que hayan utilizado ese programa en concreto.

Digital Influencer se nutre de las reseñas y valoraciones de sus usuarios

Digital Influencer nace con el objetivo de convertirse en la primera comunidad de profesionales de la industria digital. “Es una oportunidad para que la gente cree marca profesional, que digan “yo me dedico a márketing digital y estas son las herramientas que yo recomiendo”

Según la directiva, su nueva plataforma es “un proyecto muy ambicioso porque nadie ha hecho algo así”. La novedad, no obstante, conlleva algunos desafíos, como conseguir crear comunidad y que los empresarios y profesionales del sector se animen a compartir el nombre de sus proveedores.

“Los negocios de reseñas tienen un potente efecto network -asegura la directora de Digital Influencer-; no valen nada si nadie contribuye, pero adquieren un gran valor cuando la gente se anima a participar. El reto es que la gente se anime a contribuir altruistamente, dar y recibir”.

Digital Influencer se centrará en “crear comunidad” en una primera fase

De momento, la nueva plataforma estará disponible sólo en castellano, aunque Domínguez no descarta traducir la comunidad al inglés más adelante. El foco, sin embargo, está puesto en el mercado de hispanohablantes, que a día de hoy asciende a 500 millones. 

“Si sólo cien millones de estas personas cuentan con educación formal avanzada y un porcentaje de ellas se dedica al negocio digital, la lengua es el punto común -prosigue la directiva- queda por explorar si en España somos capaces de tener una conversación en este campo y prescribir”.

¿Y en cuanto a la monetización? De momento, el objetivo de Digital Influencer es crear comunidad. “En un marketplace, tu cliente es el usuario, y el usuario no paga”, asegura Domínguez, quien explica que la primera fase es conseguir que el usuario encuentre recursos e información útil.

Además de ofrecer toda una serie de recomendaciones de distintos recursos y herramientas, la plataforma también contará con artículos de opinión de pesos pesados del sector digital y con información sobre los eventos más destacados de la industria.

Vuelta a sus orígenes

Con la constitución de Digital Influencer, Domínguez vuelve a liderar un proyecto propio. En 2007, la ejecutiva se zambulló en el mundo emprendedor y creó Felino, una agencia digital de publicidad que capitaneó durante dos años y medio. Previamente, la directiva había trabajado como ingeniera jefa de la constructora Turner y ejerció de vicepresidenta en la inmobiliaria neoyorkina The Corcoran Group.

En 2011, la empresaria decidió volver a sus raíces y regresar a España para ponerse al frente de la división ecommerce de Adolfo Domínguez, uno de sus departamentos más rentables. Con Domínguez al frente, la tienda online del grupo gallego llegó a 25 nuevos países y multiplicó sus ventas por veinte en sólo tres años. En 2012, la enseña se posicionó en el top 5 de las marcas de moda más buscadas en Google, y el año siguiente alcanzó una facturación online de 3,7 millones de euros.