Tesla aún no inicia pruebas de su servicio robotaxi sin conductor de seguridad en Austin, a semanas de su lanzamiento prometido
Tesla retrasa las pruebas clave de su robotaxi en Austin, generando dudas sobre su prometido lanzamiento y avances en conducción autónoma.

Tesla aún no ha comenzado las pruebas de su servicio de robotaxi en Austin sin conductor de seguridad al volante, a semanas del lanzamiento previsto. Durante meses, Tesla y su CEO Elon Musk han promocionado el lanzamiento de «Tesla Robotaxi», un servicio de transporte similar a Uber que operará con vehículos autónomos en Austin, Texas, con inicio previsto para junio. Sin embargo, los planes se han reducido considerablemente en comparación con las promesas iniciales, que aseguraban que todos los vehículos de consumo fabricados desde 2016 serían capaces de conducirse de forma autónoma.
En lugar de ello, Tesla planea construir una flota interna de entre 10 y 20 Model Y que ofrecerán servicios de movilidad en una zona geocercada alrededor de Austin, con ayuda de teleoperadores humanos. Esta estrategia es muy similar a la que ya implementa Waymo en varias ciudades, incluido Austin, donde lleva operando meses. Incluso con esta versión reducida y menos prometedora en capacidades autónomas, existen dudas sobre la capacidad de Tesla para lograr este objetivo menor, ya que el servicio se basará en el programa «Supervised Full Self-Driving», que actualmente logra aproximadamente 500 millas entre desactivaciones críticas en toda su flota.
Tesla ha estado entrenando sus redes neuronales para optimizar su rendimiento en el área geocercada de Austin y ha realizado pruebas con vehículos en circulación en la ciudad durante meses. Sin embargo, un nuevo informe señala que la compañía aún no ha comenzado a probar su servicio sin conductores de seguridad en la zona, un paso imprescindible antes de poder lanzar oficialmente el piloto para clientes. A diferencia de Tesla, compañías como Waymo han realizado meses de pruebas con conductores de seguridad en Austin y luego durante otros meses sin ellos, logrando establecer una presencia notable en el mercado local de transporte autónomo.
El informe también indica que Tesla ha trabajado con los servicios de emergencia en Austin para diseñar planes de intervención en caso de fallos del sistema, un esfuerzo mínimo en comparación con lo que prometieron inicialmente y con lo que otras empresas ya han logrado. La situación ha generado preocupación sobre la seguridad pública, especialmente considerando que Musk ha realizado declaraciones repetidas veces optimistas sobre la cantidad de robotaxis que la compañía tendrá en las calles para 2026, cifras que muchos consideran falsas o exageradas, dado el retraso y los obstáculos técnicos existentes.
El riesgo ahora es que, si Tesla no logra cumplir con los pasos necesarios para validar su servicio sin conductor, podría enfrentar problemas importantes y aumentar la desconfianza en sus capacidades de conducción autónoma. La falta de regulación efectiva en Estados Unidos, sumada a la influencia de figuras políticas, agrava la preocupación en torno a una posible adopción apresurada que ponga en riesgo la seguridad pública. A diferencia de otros actores del sector, Tesla parece estar tomando un camino arriesgado y poco transparente, lo que genera dudas sobre su compromiso real con el desarrollo seguro y efectivo de la conducción autónoma.