La viabilidad de civilizaciones subterráneas y escenarios futuristas similares a ARC Raiders, según análisis tecnológico y social
Exploramos la posibilidad de civilizaciones subterráneas y escenarios futuristas inspirados en ARC Raiders, analizando aspectos tecnológicos, sociales y militares.
ARC Raiders, el popular juego de extraction shooter que ha mantenido a miles de jugadores activos en Steam, sigue siendo un éxito más de un mes después de su lanzamiento, con picos diarios de casi 317.000 jugadores en las últimas 24 horas. El interés por sus mecánicas, mapas y armas ha generado numerosos análisis y debates sobre la viabilidad de escenarios futuristas similares a los representados en el juego, donde la humanidad vive bajo tierra en un mundo controlado por máquinas. ¿Es posible imaginar una civilización subterránea en la vida real? La respuesta, en gran medida, es afirmativa, siempre que se cumplan ciertas condiciones tecnológicas y sociales.
Desde una perspectiva tecnológica, mantener una comunidad bajo tierra sería factible mediante el uso de energías renovables como la geotermia, sistemas de hidroponía, reciclaje de recursos y procedimientos avanzados de filtración de agua y aire. Además, la creación de sistemas autosuficientes que permitan la producción de alimentos, energía y oxígeno es hoy una meta alcanzable con las tecnologías actuales. Sin embargo, la verdadera complejidad reside en los aspectos sociales y militares de un escenario en el que la superficie está dominada por drones hostiles.
En este contexto, uno de los temas más debatidos es el uso de inteligencia artificial para controlar armamento y tecnologías militares. Según ChatGPT, no existe riesgo de rebelión consciente de los drones, ya que estos no poseen autonomía ni objetivos propios, sino que operan según órdenes y algoritmos programados. Los peligros reales son errores en la clasificación, instrucciones mal interpretadas y la ausencia de supervisión humana, que pueden provocar escaladas no controladas y conflictos mayores. Si se desplegaran flotas de drones autónomos con objetivos amplios y algoritmos cooperativos, surgiría una mayor complejidad no prevista, aumentando la posibilidad de comportamientos no intencionados y aceleración de las hostilidades sin que haya rebelión consciente.
En cuanto a la supervivencia bajo tierra, la inteligencia artificial considera que es viable y, en algunos aspectos, incluso práctica. La Tierra ofrece un escudo natural contra radiaciones, intemperie y ataques de drones hostiles, así como una temperatura relativamente estable y dificultad para la detección mediante sensores mecánicos. Existen ejemplos reales de estructuras similares, como búnkeres, minas abandonadas y ciudades subterráneas, que demuestran la factibilidad de mantener una civilización aislada. Para sostenerla, es imprescindible contar con suministros de energía, aire, agua y alimentos, que podrían generarse mediante tecnologías actuales y sostenibles, como la geotermia, la hidroponía y dietas basadas en proteínas de insectos.
Respecto a los ataques en superficie, una parte central de ARC Raiders, la inteligencia artificial señala que en la realidad serían extremadamente difíciles de replicar sin un aumento en el uso de tecnologías de camuflaje y reglas de ingesta muy estrictas. Los equipos que operen en superficie deberían contar con ropa anti-rastreo, realizar expediciones cortas, altamente planificadas, en pequeños grupos y en silencio absoluto. Además, los objetivos serían muy específicos, centrados en la recolección de recursos necesarios para la supervivencia. Si se mantuvieran estas condiciones, una civilización subterránea podría sobrevivir a largo plazo, aunque su permanencia durante siglos solo sería posible en un sistema prácticamente cerrado y autosuficiente, con soluciones biotecnológicas y tecnológicas que aseguren su independencia total.
En escenarios de conflicto con máquinas, como el representado en ARC Raiders, la inteligencia artificial advierte que, aunque los robots podrían repararse y producir nuevas unidades, su capacidad para saturar todo el planeta sería limitada por restricciones físicas y logísticas: consumo de energía, degradación de software, malfuncionamientos y escasez de recursos en áreas remotas. Los humanos, en contraste, poseen ventajas como la capacidad de tomar decisiones impredecibles, movilidad no convencional, adaptabilidad subterránea y creatividad, lo cual sería determinante en un enfrentamiento desigual.
En resumen, aunque la supervivencia en un entorno como el de ARC Raiders sería posible en términos prácticos, la recuperación y reconquista de la superficie serían extremadamente difíciles sin un cambio de estrategia radical. La automatización de las máquinas y sus capacidades reparadoras, combinadas con las limitaciones físicas y logísticas, garantizan que, en un escenario realista, la humanidad podría mantenerse viva, pero sin poder volver a su estado previo ni reconquistar un planeta dominado por máquinas sin un cambio de paradigma fundamental.