Aumenta la dificultad de las pruebas de acceso a la universidad pese a alta demanda en carreras tecnológicas
A pesar del aumento de la dificultad en las pruebas de acceso, la demanda de profesionales tecnológicos continúa creciendo y genera nuevas oportunidades laborales.
A medida que se acercan las fechas de las pruebas de acceso a la universidad (PAU), aumenta la preocupación por la mayor dificultad de estas evaluaciones y la limitada oferta de plazas en la universidad pública. La nota de corte en carreras como Informática en la Universidad de Valencia ronda los 13,620 puntos, lo que refleja la alta demanda y competencia para acceder a estos estudios. Esta situación se agrava por los despidos en el sector tecnológico, con 152.922 empleados afectados en 2024, aunque las cifras indican una desaceleración en la pérdida de empleos: en 2023 se registraron hasta 264.220 despidos y a mediados de 2025 cerca de 62.114. Sin embargo, la demanda de profesionales digitales no solo persiste, sino que continúa siendo alta debido al déficit reconocido por la Unión Europea, que prevé contar con solo 12 millones de los 20 millones de especialistas digitales necesarios para 2030. La búsqueda activa de empleo en ciudades como Barcelona, Oviedo y Málaga confirma que aún existen oportunidades en el mercado laboral, donde en las últimas semanas se han ofertado alrededor de 1.400 vacantes.
A pesar del temor generado por las pérdidas en el sector tecnológico y la integración de la inteligencia artificial en los procesos productivos, la realidad muestra un panorama esperanzador. Datos recientes indican que aproximadamente el 87% de quienes se gradúan en Informática logran empleo cuatro años después de finalizar sus estudios, con un salario medio anual de 34.191 €, cifra superior a la de otras carreras como Ingeniería Industrial, ADE o Derecho. Estos datos evidencian que la inversión en estos estudios puede recuperarse en aproximadamente tres o cuatro años en términos de ingresos, siempre que se considere el impacto económico de iniciar la formación profesional y universitaria.
En cuanto a la transformación del mercado laboral, las carreras relacionadas con la sanidad y la tecnología, como Medicina, Veterinaria y Enfermería, siguen destacando entre las más demandadas. La creciente automatización y el avance de la inteligencia artificial también impulsan nuevos roles, como el prompt-engineering y la ciberseguridad, que se prevé generarán hasta un millón de empleos adicionales para 2027. Esto explica la tendencia de jóvenes y profesionales en sectores tradicionales a optar por estudios que garantizan ingresos inmediatos, como las formaciones profesionales y grados superiores en tecnología.
No obstante, el contexto también plantea la necesidad de replantear la perspectiva a la hora de comenzar una carrera universitaria. La nota de corte en carreras como Informática en universidades como la Politécnica de Valencia se mantiene en niveles elevados, y las cifras de despidos en el sector generan incertidumbre. Sin embargo, el mercado laboral comienza a mostrar señales de recuperación, y los empleadores valoran cada vez más a profesionales con perfiles especializados en inteligencia artificial y automatización, sectores en auge que ofrecen oportunidades de crecimiento y desarrollo profesionales a largo plazo.
En definitiva, aunque los desafíos en el acceso a la educación superior y en el mercado laboral tecnológico son relevantes, la demanda de talento digital sigue en aumento. Se recomienda no centrarse únicamente en una línea de formación, sino explorar rutas que combinen estudios superiores, formación profesional y másteres especializados para adaptarse a un mercado en constante transformación. Apostar por la formación en nuevas tecnologías y la especialización en áreas emergentes permite afrontar con mayor seguridad los cambios que trae la revolución digital, asegurando así el lugar en un mercado laboral en continua evolución.