Profesores proponen una enseñanza responsable y ética para integrar ChatGPT en el aula
El uso de ChatGPT en las aulas genera desafíos y oportunidades que requieren una mirada ética y responsable por parte de los docentes y estudiantes.
En medio del debate sobre la integración de las pantallas y las herramientas digitales en el aula, la aparición de ChatGPT entre el alumnado ha generado una problemática adicional para la comunidad educativa. Mientras algunos docentes optan por prohibir su uso y continuar ignorando los cambios que trae consigo, otros buscan una vía distinta, promoviendo una incorporación responsable y ética de estas tecnologías.
Uno de estos ejemplos es Pedro Orgeira, profesor de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, quien señala que el mayor riesgo ante el auge de la inteligencia artificial no es el plagio, sino la tendencia de parte del alumnado a enviar respuestas generadas por IA sin entenderlas ni aprender del proceso. Orgeira explica que se han detectado casos de estudiantes que entregan trabajos completamente generados por ChatGPT sin haber tenido contacto real con la resolución o comprensión del problema.
Para el docente, la clave está en enseñar a usar estas herramientas de manera constructiva y ética, en lugar de prohibirlas, ya que su presencia es una realidad que llegó para quedarse. Orgeira compara esta situación con la adopción de Google en los años 90, solicitando que la educación evolucione para aprovechar las ventajas de estas tecnologías, integrándolas en el proceso de aprendizaje.
En su enfoque pedagógico, Orgeira ha eliminado las entregas tradicionales de memorias y trabajos, pues considera que en esos formatos no se logra identificar quién ha tenido la idea original, resuelto un problema o redactado el informe. En su lugar, propone crear trabajos ficticios en los que el alumnado aprenda a utilizar la IA de manera ética y efectiva, por ejemplo, mediante la elaboración de proyectos finales ficticios que permitan familiarizarse con la herramienta sin dejar de aprender sobre temas reales.
Este método busca que el alumnado no solo comprenda cómo aprovechar estas tecnologías, sino que también reconozca los riesgos éticos y educativos asociados. Su postura es que, si bien la integración de la IA implica un cambio en la forma de enseñar y evaluar, prohibir su uso no es una solución efectiva. De hecho, insiste en que la educación debe adaptarse para hacer frente a estas herramientas, promoviendo un aprendizaje que beneficie tanto al conocimiento como a la ética en su uso.