El uso del em dash en textos en debate: su relación con la detección de contenido generado por inteligencia artificial

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El uso del em dash en textos en debate: su relación con la detección de contenido generado por inteligencia artificial

El em dash, una herramienta clásica de la puntuación, pierde eficacia como indicador de textos generados por inteligencia artificial, explorando nuevas perspectivas.

Descripción

El em dash (—), esa línea larga que se utiliza en la escritura para enmarcar cláusulas o separar ideas, dejó de ser una herramienta confiable para detectar si un texto fue generado por inteligencia artificial, específicamente por ChatGPT. Antes, su presencia en un texto era un indicio bastante seguro de que la IA había participado en su creación, ya que ChatGPT tiende a utilizar este signo de puntuación con frecuencia. Sin embargo, ahora esa asociación ha cambiado y cada vez es menos efectivo identificar textos producidos por IA basándose en el uso del em dash.

Una de las razones principales de este cambio es que ChatGPT puede ser entrenado para evitar usar el em dash, aunque a veces lo haga accidentalmente. Gracias a las instrucciones disponibles, los usuarios que trabajan con esta IA pueden conseguir que omita su uso, y la tendencia general en la escritura asistida por IA ha evolucionado. Además, diversos estilos periodísticos, como el de Associated Press, continúan recomendando el uso del em dash, destacando que su utilización precede a la invención de ChatGPT y que sigue siendo válido en algunos contextos.

Desde la perspectiva de profesionales de la escritura, la preferencia por el em dash o por la en dash (–) continúa siendo una cuestión de estilo personal. El em dash suele usarse para enmarcar cláusulas o marcar interrupciones fuertes en la oración, mientras que la en dash suele emplearse para indicar rangos, como en «páginas 36–39». La tendencia es que, aunque en ciertos estilos el uso del em dash haya disminuido por asociación con la IA, en otros sigue siendo una opción válida y recomendada.

Por más que algunos detalles puedan sugerir la participación de una IA, como el uso excesivo de listas con viñetas o la estructura que enfatiza continuamente aspectos específicos, estos indicios son insuficientes para determinar con certeza si un texto fue escrito por una máquina. Expertos en detección forense también admiten que no existen métodos confiables y definitivos para identificar con seguridad un texto generado por IA, especialmente cuando ha sido revisado o modificado por una persona.

Incluso ChatGPT, al ser consultado sobre la posibilidad de detectar claramente si un texto fue producido por IA, respondió que no existen maneras confiables de hacerlo en la actualidad. Señaló que patrones como una estructura muy organizada, introducciones y cierres excesivamente pulidos, o la presencia ocasional de errores propios de personas, podrían ser pistas, pero ninguna de ellas resulta definitiva. Esto plantea la inquietud acerca de si en el futuro quienes escriben dejarán intencionadamente errores para demostrar su humanidad, una práctica que, en realidad, sería contradictoria con la tendencia de mantener la calidad y coherencia en la escritura.

La buena noticia, según expertos y reflexiones actuales, es que el uso del em dash puede volver a ser una práctica común y aceptada en la escritura, dejando atrás la preocupación excesiva por detectar la supuesta participación de la IA. La obsesión por encontrar «señales» de que un texto fue producido por una máquina puede distraer y limitar la libertad creativa de las personas que escriben. En definitiva, el em dash es una herramienta válida que merece volver a su lugar en la escritura cotidiana, permitiendo mayor expresividad y claridad en los textos.