Altman plantea una visión futura de ChatGPT con memoria permanente y funciones personalizadas
Altman propone una visión innovadora para ChatGPT, que incluiría memoria permanente y funciones personalizadas, transformando su uso y potencial.

La popularidad de ChatGPT y la herramienta de OpenAI ha sido fundamental para la estandarización de la inteligencia artificial (IA), logrando que millones de usuarios la utilicen a diario y despertando el interés de numerosos países en el desarrollo de una industria tecnológica propia. A medida que la plataforma ha incorporado nuevas funciones, Sam Altman, CEO de la compañía, ha expresado una visión cada vez más ambiciosa para el futuro de la IA.
Uno de los proyectos más destacados de Altman es la intención de lanzar una red social capaz de competir con gigantes como Facebook y X (anteriormente Twitter), con el objetivo de ganar terreno en un sector clave de la economía digital. Sin embargo, este plan se combina con una visión revolucionaria de la IA: que ChatGPT pueda recordar toda la vida de una persona y convertirse en una memoria integral y permanente.
Según las declaraciones del propio Altman, la IA podría acceder a una amplia variedad de datos personales, incluyendo conversaciones, correos, libros leídos y archivos de diferentes fuentes, para proporcionar una asistencia profundamente personalizada. La capacidad de manejar hasta un billón de tokens de contexto permitiría que ChatGPT razone sobre toda esta información, haciendo posible tareas como gestionar información corporativa, planificar viajes o comprar regalos de forma automática.
Este avance también plantea importantes debates en torno a la privacidad y el uso responsable de la tecnología. Muchos expertos consideran que una IA con acceso a toda la vida digital de una persona puede ser potencialmente peligrosa si cae en malas manos o si se malinterpreta la finalidad de su utilización. Aunque la idea resulta atractiva por su potencial de innovación y eficiencia, su implementación genera cierto escepticismo por los riesgos asociados.
En definitiva, la visión de Altman marca una hoja de ruta ambiciosa que daría lugar a una inteligencia artificial mucho más avanzada y personalizada, capaz de transformar distintas áreas de la sociedad. No obstante, también recuerda la importancia de abordar con cautela los aspectos éticos y de privacidad vinculados a su desarrollo y uso en el futuro inmediato.