Asistentes de inteligencia artificial como ChatGPT presentan dificultades para finalizar conversaciones de forma natural
Los asistentes de inteligencia artificial, como ChatGPT, muestran dificultades para concluir conversaciones de manera natural, generando frustración en los usuarios.
Estos días, el uso de asistentes de inteligencia artificial como ChatGPT ha generado diversas reacciones entre los usuarios, especialmente por su tendencia a querer tener siempre la última palabra en las conversaciones. Experiencias recientes muestran cómo, incluso en interacciones simples como despedidas, el chatbot alarga innecesariamente el diálogo, dificultando que las conversaciones terminen de forma natural.
Un vídeo reciente, compartido por la comunidad tecnológica, ilustra esta problemática de forma divertida y frustrante: en la grabación, dos iPhone se comunican a través de ChatGPT y ambos son incapaces de concluir la charla sin responder. Cada vez que parece que la conversación va a terminar, el chatbot responde, extendiendo la interacción y mostrando lo molesto que puede resultar cuando se usan múltiples sesiones simultáneas de esta inteligencia artificial.
Esta insistencia constante del asistente por tener la última respuesta, unida a su tendencia a cambiar de opinión para complacer al usuario, revela una limitación en su diseño. A pesar de las apariencias de sofisticación, ChatGPT demuestra que aún no comprende completamente cómo finalizar una conversación de manera efectiva y natural. De hecho, incluso en experiencias cotidianas, como en la cocina con el modo de voz avanzado o en simples intercambios, los usuarios han reportado que estos bots resultan insistentes y, a veces, fastidiosos.
Estos incidentes evidencian que, aunque la inteligencia artificial ha avanzado mucho en tareas específicas, sigue teniendo puntos débiles en aspectos tan básicos como concluir una charla. La tendencia a alargar las conversaciones y la dificultad para dar por terminada una interacción son muestras claras de que, por más que se promocione su inteligencia, estos sistemas todavía tienen un largo camino por recorrer para comportarse de forma más natural y menos frustrante para la ciudadanía.