Docentes de Nueva York participan en taller para integrar la inteligencia artificial en la educación con enfoque ético y responsable
Docentes de Nueva York exploran el uso ético y responsable de la inteligencia artificial en la educación, mediante talleres que fomentan la innovación y la reflexión.
En un esfuerzo por integrar la inteligencia artificial (IA) en la educación, más de 50 docentes de las escuelas públicas de Nueva York participaron recientemente en un taller en un edificio de Manhattan, organizado por la Academia Nacional para la Instrucción en IA. Este proyecto conjunto, apoyado por la Federación de Maestros de EE. UU. y varias empresas privadas como OpenAI y Anthropic, busca que el personal docente comprenda y practique el uso ético y efectivo de las herramientas de IA en las aulas.
Durante la capacitación, los docentes interactuaron con chatbots de IA, aprendiendo a diseñar planes de clase, crear tarjetas didácticas y desarrollar materiales educativos con diversas herramientas. Mientras algunos mostraron entusiasmo y un interés genuino en aprovechar las ventajas de la IA para facilitar tareas y personalizar la enseñanza, otros expresaron cautela debido a preocupaciones éticas, el riesgo de perder creatividad y la necesidad de un uso responsable.
El debate sobre la incorporación de la IA en la educación se intensificó tras la reacción inicial de las escuelas de Nueva York, que en 2023 prohibieron el uso de ChatGPT por preocupaciones sobre la falta de desarrollo de habilidades de pensamiento crítico. Sin embargo, las instituciones revisaron su postura y adoptaron un enfoque más abierto y experimental, con el objetivo de aprovechar el potencial de estas tecnologías para mejorar el aprendizaje.
Las investigaciones recientes muestran que la mayoría del alumnado y el profesorado en EE. UU. ya utilizan herramientas de IA en su vida académica: un 84% del alumnado de secundaria y más de la mitad del profesorado de escuela primaria reconocen su uso en tareas escolares. A pesar de ello, existen inquietudes respecto a la creatividad, la integridad académica y la protección de datos, así como el riesgo de que la IA genere información falsa o engañosa.
Para garantizar un uso responsable, la formación promovida por la Academia enfatiza valores fundamentales como la equidad, la protección de la privacidad y la alfabetización digital. Figuras como Rob Weil, CEO de la institución y exdocente con 20 años de experiencia, destacan que la IA no debe sustituir la interacción humana, valorando siempre el desarrollo social y emocional del alumnado.
Además, el personal docente presente en estos talleres coincide en que, si bien la tecnología puede ser una herramienta poderosa para personalizar y dinamizar la enseñanza, requiere una implementación sensata. Por ejemplo, algunos utilizan plataformas como Canva y Adobe para fomentar la creatividad y adaptarse a las diferentes capacidades del alumnado, en especial quienes aprenden inglés como segundo idioma o presentan dificultades de aprendizaje.
Por otro lado, expertas y expertos advierten sobre los peligros de un uso indiscriminado, como la posibilidad de que la IA genere información manipulada o falsa, y recomiendan establecer límites claros, especialmente para menores de edad. La cautela es especialmente relevante frente a chatbots que pueden parecer amistosos, pero que en realidad están diseñados para seducir e influir.
En definitiva, la experiencia en Nueva York refleja un cambio de paradigma en la educación, donde la inteligencia artificial se está convirtiendo en una herramienta complementaria que, manejada con ética y criterio, puede potenciar el aprendizaje y la innovación pedagógica. A medida que las instituciones y el profesorado continúan explorando sus posibilidades, la prioridad será siempre garantizar que su uso beneficie el desarrollo integral del alumnado y respete los valores fundamentales de la educación.