Estudiantes de la Universidad de Tilburg utilizan la inteligencia artificial con reglas específicas para mejorar su aprendizaje y evitar el fraude

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Estudiantes de la Universidad de Tilburg utilizan la inteligencia artificial con reglas específicas para mejorar su aprendizaje y evitar el fraude

En la Universidad de Tilburg, el uso responsable de inteligencia artificial está transformando la forma en que los estudiantes abordan sus estudios y evaluaciones.

Descripción

En la Universidad de Tilburg, casi todos los estudiantes utilizan modelos de inteligencia artificial como ChatGPT o Gemini durante sus estudios, especialmente en la semana previa a los exámenes. Emplean la IA para planificar, resumir y explicar conceptos, aunque existen reglas estrictas que prohíben que la inteligencia artificial redacte todo el trabajo para evitar el fraude académico. Las normas varían según la facultad y el curso, lo que genera cierta confusión entre el alumnado.

La universidad está desarrollando su propia plataforma de IA llamada Tilly, independiente de grandes empresas como OpenAI, Google o Microsoft. Este sistema, que aún espera la aprobación de la junta directiva, busca ofrecer mayor control y reglas claras sobre el uso de la inteligencia artificial en el entorno académico. Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo conjunto con otras instituciones, como la Universidad de Ámsterdam y SURF, que ya han desarrollado aplicaciones propias de IA para el ámbito universitario.

Los estudiantes deben registrar en un logbook su uso de IA y presentar dicha documentación junto con sus tareas y tesis. En el caso de los másteres en economía, por ejemplo, los estudiantes también deben defender oralmente sus trabajos. Aunque en general consideran que las reglas son claras, algunos admiten que en ocasiones han utilizado IA para sobrepasar los límites, reconociendo que esto puede constituir fraude.

Expertos y docentes destacan que, aunque la IA facilita tareas como la estructuración y mejora de textos, el plagio total sigue siendo un problema, y los profesores buscan formas de gestionar su uso. Por ello, la universidad ha establecido niveles de autorización para el empleo de IA en las diferentes asignaturas, desde prohibido hasta permitido para tareas específicas como codificación o generación de ideas.

Además, la universidad ha desarrollado su propio chatbot, Tilly, que permite a los profesores subir material de curso y a los estudiantes hacer consultas específicas sobre los contenidos. Esta herramienta registra los intercambios y ofrece transparencia en el uso de la IA, ayudando a prevenir abusos y promoviendo un uso responsable.

Expertos consideran que el uso de la IA no reemplaza el aprendizaje, y que la clave está en integrarla de manera ética y controlada. Los estudiantes que usan IA de forma responsable afirman que su rendimiento ha mejorado, pero también reconocen que aún es necesario aprender y entender los conceptos por sí mismos. La implementación de estas tecnologías busca, en última instancia, complementar la educación, garantizando que el proceso de aprendizaje siga siendo activo, crítico y transparente.