Estudio revela que el cerebro humano supera a la inteligencia artificial en tareas de navegación y reconocimiento de acciones
Investigaciones recientes muestran que, en entornos complejos, el cerebro humano supera a la inteligencia artificial en reconocimiento y toma de decisiones invisibles a las máquinas.
Recientes investigaciones llevadas a cabo por científicos de la Universidad de Ámsterdam han puesto de manifiesto una ventaja importante del cerebro humano sobre la inteligencia artificial en tareas de navegación y toma de decisiones en entornos complejos. Aunque los modelos de IA, incluido GPT-4, han demostrado ser superiores en habilidades como la poesía, las matemáticas y la programación, presentan dificultades cuando se trata de predecir acciones humanas en escenarios del mundo real.
El estudio utilizó escáneres MRI para analizar cómo el cerebro procesa situaciones de navegación, mostrando que, al observar imágenes de ambientes interiores y exteriores, las personas no solo reconocían los objetos y colores presentes, sino que también identificaban automáticamente las acciones posibles, como caminar, montar en bicicleta, conducir, nadar, navegar en bote o escalar. Este reconocimiento ocurre incluso sin una conciencia activa de dichas acciones, lo que refleja la eficacia del cerebro en esta tarea.
Los investigadores compararon los patrones cerebrales con las respuestas de modelos de reconocimiento de imágenes y GPT-4 en la predicción de acciones. Los resultados mostraron que las IA, incluso entrenadas específicamente para reconocimiento de acciones, tenían un rendimiento claramente inferior al humano. Aunque los modelos podían aproximarse parcialmente a los juicios humanos, sus cálculos internos no coincidían con los patrones de actividad cerebral detectados en las personas.
Este hallazgo indica que, pese a los avances en inteligencia artificial, sigue existiendo un vacío en la capacidad de las máquinas para interactuar con el mundo de manera tan eficiente y automática como lo hace el cerebro humano. A medida que la IA se integra en áreas como la conducción autónoma, la robótica y la atención sanitaria, estas limitaciones podrían generar desafíos en entornos reales y dinámicos.
Mientras tanto, los expertos resaltan que el ser humano mantiene una ventaja en habilidades de navegación en entornos impredecibles y en la toma de decisiones rápidas, aspectos que contribuyen a valorar la capacidad innata del cerebro frente a la tecnología. Pese a la rápida evolución de las máquinas, reconocer que aún hay áreas donde la inteligencia artificial no alcanza la complejidad del pensamiento humano es fundamental para comprender los límites y el potencial futuro de estas tecnologías.