Experimento revela que los baristas humanos ofrecen una preparación de café superior a la de la inteligencia artificial
Un experimento comparó la calidad del café preparado por humanos y por inteligencia artificial, resaltando la diferencia entre técnica, sensibilidad y automatización.

En el marco del Campeonato Mundial de Baristas se llevó a cabo una competición que destacó las diferencias entre la creatividad y experiencia humanas frente a la precisión y automatización de los robots. Mientras las cafeterías en Corea del Sur ya incorporan brazos robóticos para preparar café con eficiencia, la calidad y la experiencia sensorial que aportan los baristas siguen siendo insustituibles en muchos aspectos.
El interés por experimentar con la preparación del café llevó a realizar un test comparativo entre un latte elaborado manualmente por un barista y otro generado mediante instrucciones de inteligencia artificial, en este caso ChatGPT. Los resultados mostraron que el latte preparado por humanos, siguiendo técnicas tradicionales, resultó en una bebida más equilibrada, visualmente atractiva y con una textura de microespuma que mejora la experiencia sensorial. En cambio, el café producido según las indicaciones de la IA presentó un sabor amargo y sobreextraído, además de una mala aeración de la leche, debido a recomendaciones incorrectas en cuanto a cantidades, tiempos de extracción y técnicas de texturizado.
Las recomendaciones erróneas, como la cantidad de café, los tiempos de extracción y la aeración de leche, afectaron significativamente la calidad final. La preparación manual, por su parte, garantizó un balance en el sabor, una textura adecuada y un acabado artístico que la inteligencia artificial no puede replicar. La percepción de los jueces y la preferencia subjetiva del público, incluida una prueba con la pareja del creador del experimento, favorecieron claramente la técnica humana.
Este experimento demuestra que, aunque las máquinas y la IA ofrecen ventajas en precisión y consistencia, la experiencia, la sensibilidad y el toque artístico de los baristas siguen siendo fundamentales para lograr una experiencia de café superior. La interacción humana y la intuición en la preparación de bebidas tradicionales hacen que la calidad sensorial y la estética sean aspectos que aún no pueden ser completamente sustituidos por la tecnología.