Expertos advierten sobre los riesgos de confiar en ChatGPT para recomendaciones nutricionales sin supervisión profesional

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Expertos advierten sobre los riesgos de confiar en ChatGPT para recomendaciones nutricionales sin supervisión profesional

A pesar de su popularidad, expertos alertan sobre los peligros de usar ChatGPT como asesor nutricional sin supervisión profesional.

Descripción

En los últimos meses, cada vez más personas recurren a ChatGPT, el chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI, para resolver dudas relacionadas con la nutrición. Desde la creación de dietas para pérdida de peso hasta la planificación de menús semanales, usuarios han publicado en redes sociales, especialmente en TikTok, que la herramienta se ha convertido en su «nueva nutricionista». Basta solicitarle que prepare un menú bajo en calorías, elimine alimentos concretos o proporcione recetas, y en segundos reciben una respuesta. Sin embargo, expertos advierten sobre los riesgos de confiar ciegamente en estos sistemas para temas tan delicados como la alimentación.

Consultados por Maldita.es, varios especialistas señalan que ChatGPT puede ofrecer información errónea, desactualizada y, lo más importante, no tiene en cuenta las condiciones personales de cada individuo. No considera alergias, patologías, intolerancias ni estilos de vida específicos, lo que puede derivar en recomendaciones peligrosas. Un ejemplo extremo es el caso reciente de un hombre de 60 años que fue hospitalizado tras seguir una recomendación del chatbot que sugería sustituir la sal común por bromuro de sodio, provocando una intoxicación crónica.

Además de los riesgos médicos, el uso de estas herramientas para diseñar dietas puede contribuir a una mala relación con la comida y aumentar la probabilidad de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria. Los chatbots no pueden proporcionar acompañamiento emocional ni realizar evaluaciones integrales del estado físico y mental, responsabilidades que corresponden a profesionales de la salud. Un nutricionista no solo calcula calorías o recursos alimenticios, sino que además evalúa las necesidades psicofísicas del paciente, adapta las recomendaciones a sus gustos y patologías, y acompaña en el proceso de cambio, aspectos que un sistema de inteligencia artificial no puede ofrecer.

Especialistas también señalan que, en casos de enfermedades como la diabetes, la IA no puede considerar todos los factores necesarios para una dieta segura, exponiendo a riesgos para la salud. La incorporación de información no científicamente comprobada o modas alimentarias sin evidencia en internet, como dietas milagrosas o batidos detox, aumenta esta vulnerabilidad, ya que los modelos de IA aprenden a imitar estos patrones sin filtros que excluyan alimentos peligrosos para personas con intolerancias o condiciones específicas.

Por estos motivos, los expertos recalcan que la inteligencia artificial puede ser útil como complemento en el trabajo de un profesional, pero nunca debe reemplazar la consulta con un nutricionista o médico. La salud y el bienestar de la ciudadanía dependen de evaluaciones personalizadas y seguimiento profesional, aspectos que ningún chatbot puede ofrecer y que, en algunos casos, pueden marcar la diferencia entre una recomendación segura y un riesgo para la salud.