Expertos advierten sobre los riesgos del uso de inteligencia artificial en tareas académicas y proponen prohibir su utilización en la redacción creativa

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Expertos advierten sobre los riesgos del uso de inteligencia artificial en tareas académicas y proponen prohibir su utilización en la redacción creativa

El aumento del uso de IA en tareas universitarias plantea riesgos, especialmente en la creación de contenidos originales y el desarrollo de habilidades críticas.

Descripción

El uso de la inteligencia artificial (IA), especialmente de herramientas generativas como ChatGPT, ha aumentado rápidamente entre estudiantes universitarios para realizar tareas académicas. Sin embargo, expertos y docentes advierten sobre los límites y riesgos de su uso.

La IA resulta útil para tareas específicas como la corrección ortográfica o la programación, ya que identifica errores y ofrece soluciones rápidas. No obstante, su aplicación para redactar textos originales que certifiquen creatividad debería estar prohibida, pues produce contenidos predecibles, sin matices ni ideas innovadoras. Los modelos de inteligencia artificial predicen la palabra más probable a continuación, lo que limita la originalidad y la generación de ideas sorprendentes, además de generar respuestas que suelen ser mediocres y sin profundidad.

La principal limitación de estos modelos es su falta de comprensión profunda del tema. No entienden conceptos ni conocimientos especializados, por lo que su producción textual se basa en patrones y en la repetición de fórmulas, lo que fomenta una cultura de mediocridad en la academia. Esto resulta en textos que cumplen con el mínimo requerido sin destacar por su calidad, lo que no contribuye al desarrollo de habilidades críticas ni creativas en el alumnado.

Expertos consideran que se debe prohibir el uso de la IA para la redacción académica y promover que el alumnado desarrolle su creatividad y pensamiento crítico. En disciplinas tanto científicas como artísticas, la valoración se centra en la capacidad de realizar combinaciones originales y una comprensión profunda de los temas, habilidades que no pueden ser sustituidas por la reproducción de fórmulas o contenido previsible.

En resumen, aunque la IA puede ser una herramienta complementaria para tareas específicas, su uso en la creación de textos con valor creativo y originalidad académica representa un riesgo para la calidad educativa, ya que alimenta la producción de contenidos mediocres y limita el potencial de innovación y pensamiento crítico en el alumnado.