Hace 70 años, se acuñó el término 'inteligencia artificial' y su impacto en la ciencia computacional

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Hace 70 años, se acuñó el término 'inteligencia artificial' y su impacto en la ciencia computacional

Este artículo explora los orígenes, evolución y realidad actual de la inteligencia artificial desde su nacimiento hace siete décadas.

Descripción

Hace exactamente 70 años, el 31 de agosto de 1955, se acuñó por primera vez el término «inteligencia artificial» (IA), marcando un hito en la historia de la ciencia computacional. Aunque la idea de máquinas inteligentes existía desde hacía siglos, ese día fue cuando un grupo de destacados científicos estadounidenses, entre ellos John McCarthy, Marvin Minsky, Nathaniel Rochester y Claude Shannon, propuso un ambicioso proyecto para explorar cómo las máquinas podían utilizar el lenguaje, formar abstracciones y resolver problemas que hasta entonces se atribuían únicamente a los seres humanos.

Este esfuerzo se formalizó un año después en la conferencia de Dartmouth, un evento que consolidó a la IA como una disciplina fundamental en las ciencias de la computación. La idea central era que todos los aspectos del aprendizaje y de la inteligencia podían representarse con tanta precisión que era posible crear máquinas capaces de simulaciones similares a las humanas. Gracias a esa visión, hoy en día conocemos los avances en aprendizaje automático, redes neuronales y sistemas como ChatGPT, Google o las redes sociales.

No obstante, el propio John McCarthy admitió años después que el término «inteligencia artificial» fue en parte un truco para captar inversión y financiamiento para sus investigaciones. En una entrevista en 1973, McCarthy confesó que lo inventó como estrategia para atraer atención, ya que antes se referían a estos estudios simplemente como «autómatas», un campo ya existente. Además, el nombre buscaba reflejar de manera más ambiciosa el objetivo a largo plazo: alcanzar un nivel de inteligencia comparable al humano.

A lo largo del tiempo, el término IA se consolidó, pero también generó una serie de confusiones y expectativas erróneas. Expertos como Daniel Innerarity y Ramon López de Mántaras han señalado que la idea de que las máquinas razonan como los humanos es una falacia. La percepción de que los sistemas como ChatGPT poseen conciencia, en realidad una ilusión, puede llevar a confusiones peligrosas, haciendo que algunas personas lleguen incluso a enamorarse de chatbots o a creer en su supuesta capacidad de sentir y pensar.

En definitiva, aunque la historia de la inteligencia artificial está llena de avances y promesas, también revela una complejidad para comprender qué es verdaderamente la IA. Como ha explicado López de Mántaras, «comparar nuestro cerebro con la programación de las máquinas es casi ridículo», subrayando la importancia de entender sus limitaciones y evitar falsas expectativas sobre su naturaleza y capacidades reales.