Más incentivos e infraestructura: las claves para que el coche eléctrico ‘acelere’ en España
La implantación del vehículo eléctrico se ha visto lastrada en España por las trabas legales, la falta de incentivos y de puntos de recarga. El Estado se prepara para lanzar un nuevo plan de ayudas que estimule su comercialización.
El coche eléctrico está a la espera de más incentivos y de un mayor despliegue de infraestructuras para pisar el acelerador en el mercado español. Pese a que las matriculaciones de vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables se duplicaron el año pasado, hasta situarse en 13.021 unidades, España se encuentra entre los países europeos con menor implantación.
Para fomentar la incorporación de vehículos más ecológicos, el Estado ultima una nueva partida de ayudas. Bautizada con el nombre de plan VEA (Vehículos de Energías Alternativas), la administración ofrecerá subvenciones para la compra de vehículos (VEA Vehículos) por un lado y otras destinadas a las infraestructuras de recargas (VEA Infraestructuras). Las primeras estarán dotadas con 16,6 millones de euros y las segundas con hasta cincuenta millones de euros.
Para facilitar la instalación de infraestructuras de recarga de coche eléctrico, se espera que el Gobierno elimine ciertas trabas legales. Una de ellas es la desaparición de la figura del gestor de cargas, por la que cualquier empresa o autónomo puede instalar puntos de recarga en sus instalaciones y ofrecer este servicio.
De acuerdo con esta figura, las compañías deben darse de alta como gestores de carga para revender la energía para el vehículo eléctrico. Esto ha desincentivado a empresas que querían ofrecer la recarga gratis a sus clientes. El desarrollo de la industria del coche eléctrico se ha visto entorpecido por la indeterminación de eliminar esta figura. A ello se suma el alto coste del término fijo de potencia que tienen que pagar anualmente las compañías por disponer de un punto de recarga rápida, unos 4.000 euros.
En ese aspecto, la legislación dificulta y encarece la instalación de los puntos de recarga. Actualmente, España cuenta con 4.974 estaciones de este tipo, por lo que únicamente Italia se queda por debajo de entre los mercados más grandes de la Unión Europea, con 2.741 puntos de recarga, según el Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos (Eafo, por sus siglas en inglés).
Noruega es el país que lidera este ámbito con alrededor de 9.000 estaciones de recarga que dan soporte a medio millón de vehículos eléctricos. Una de estas, abierta a principios de año, tiene las mayores dimensiones para la carga rápida, puesto que se pueden cargar simultáneamente hasta 28 coches eléctricos en menos de media hora.
En Europa, se registraron 150.000 nuevas matriculaciones de coches eléctricos en 2017, lo que se traduce en un crecimiento del 43,9% respecto al año anterior. Sobre el total de vehículos, los 100% eléctricos representaron una cuota de mercado del 0,9%, frente al 0,6% de 2016, de acuerdo con los datos de la francesa Avere (Association pour le développement de la mobilité électrique).
Noruega se situó a la cabeza de los países europeos como el que más coches eléctricos matriculó el año pasado. En total, acumuló 33.791 registros, con un incremento del 35,9% respecto al año anterior. El país nórdico fue seguido de cerca por Francia (30.291), Alemania (28.493) y Reino Unido (14.681).
Cuando los planes salen bien
En España, los incentivos estimulan la comercialización de vehículos eléctricos. Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive), el tramo final de 2017 estuvo marcado por el impulso de las ayudas del plan Movalt (Plan de Apoyo a la Movilidad Alternativa), que se activó el 13 de diciembre y que recibió todas las solicitudes posibles en poco más de veinticuatro horas.
El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital destinó un total de 35 millones de euros para la compra de vehículos alternativos, así como al despliegue de puntos de recarga, y que debían cubrir la demanda hasta el próximo 30 de junio. El objetivo del plan, sustitutivo del Pive, era aumentar el parque de vehículos que contribuyen a la reducción de las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes.
El plan VEA será el encargado de recoger el testigo en este caso y se regirá por las mismas pautas. Las personas físicas, profesionales autónomos y empresas privadas, así como algunas entidades públicas de carácter local, regional y nacional serán los beneficiarios de estas ayudas. Además, no se les permitirá optar a dichas ayudas a los concesionarios y puntos de venta.
La cantidad de dinero otorgada variará según la categoría del vehículo a adquirir. Por ejemplo, se darán 1.100 euros de ayuda para las unidades con un precio de venta máximo de 10.000 euros, y 2.500 euros de ayuda para los vehículos cuyo precio de venta esté comprendido entre 10.001 y 25.000 euros.