OpenAI lanza Sora 2, un generador de videos con inteligencia artificial que supera límites técnicos y sociales
La tecnología de generación de videos por inteligencia artificial avanza rápidamente, impulsando creatividad y planteando nuevos desafíos éticos y sociales.
La creación de vídeos mediante inteligencia artificial ha alcanzado niveles sorprendentes en los últimos meses. Recientemente, la actualización de Sora 2, el generador de vídeos de OpenAI lanzado en 2024, ha revolucionado el sector al ofrecer una calidad y realismo sin precedentes. Esta versión avanzada permite crear vídeos con instrucciones detalladas, reproduciendo rutinas olímpicas, movimientos complejos y modelos físicos como la flotabilidad con una precisión notable, superando obstáculos técnicos que antes parecían insuperables.
La innovación también se ha reflejado en la integración de la aplicación Sora para iOS, disponible actualmente en modo invitación. Similar a plataformas como TikTok, esta app genera clips de hasta 10 segundos completamente automatizados, sin permitir la carga de contenido propio, centrando toda la experiencia en vídeos creados por IA. Entre sus funciones destaca la incorporación de «cameos», que permiten crear avatares digitales que otros usuarios pueden incluir en vídeos, otorgando un nuevo nivel de interacción social y creatividad. Los usuarios reciben notificaciones cuando son utilizados en un contenido, incluso si el vídeo no llega a ser publicado públicamente.
Según OpenAI, la finalidad principal de esta plataforma es promover la creación de contenido, limitar la exposición excesiva y proteger a los adolescentes mediante controles y límites diarios de visualización. La app, gratuita en su lanzamiento, busca incentivar la experimentación y la viralidad de los contenidos generados por IA, lo que ha llevado a la producción de vídeos humorísticos, absurdos y de alto potencial viral. Sin embargo, el avance en la calidad de los vídeos también ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de crear falsificaciones convincentes, aumentando el riesgo de desinformación y pérdidas laborales en diferentes sectores.
La evolución de estas tecnologías plantea un debate social importante sobre los límites éticos y la regulación necesaria para prevenir un mal uso. Mientras algunos celebran la creatividad sin precedentes que permite esta innovación, otros advierten sobre los efectos negativos que una mayor sofisticación en vídeos falsos puede tener en la credibilidad de la información y en la seguridad digital. La expectativa es que, a medida que Sora 2 se perfeccione y se lance en su versión definitiva, estos temas sigan en la agenda pública, en medio de un escenario donde la frontera entre realidad y producción digital es cada vez más difusa.