OpenAI mejora la interacción con ChatGPT en modo de voz avanzado para facilitar tareas diarias y organización personal
Descubre cómo el modo de voz avanzado de ChatGPT transforma la interacción, simplificando tareas y mejorando la organización cotidiana con un toque humano.
Al principio, fui escéptico cuando OpenAI anunció el modo avanzado de voz de ChatGPT. Una cosa era poder hablar y que mis palabras se transcribieran para la conversación escrita, pero mantener un diálogo fluido con el chatbot sin ver lo que escribía mientras hablaba me parecía innecesario y algo inquietante.
Sin embargo, he cambiado de opinión. Usar el modo avanzado de voz no es solo dictar lo que normalmente escribirías; la IA realmente modifica su comportamiento para imitar mejor una conversación humana. Es posible interrumpir a la IA e incluso cambiar de idea a mitad de una frase al usar este modo. La voz que escuchas dista mucho de los tonos robóticos de hace unos años, sobre todo tras recientes mejoras en el tono y ritmo de ChatGPT.
Cuando lo usas para organizar tu vida o hacer tareas, es mucho más parecido a hablar con un asistente humano por teléfono de lo que creía. Y aunque no pueda ayudar físicamente, puede crear registros digitales que permanecen tras la conversación.
Aquí comparto algunos trucos para aprovechar al máximo el modo avanzado de voz que quizá no habías considerado.
Los chatbots de IA no son humanos, pero mejoran en imitar interacciones humanas, incluyendo motivarte y ayudarte a empezar algo.
Por ejemplo, si quieres limpiar la cocina, puedes activar el modo avanzado de voz y decir que quieres empezar, pero no sabes por dónde. La IA puede guiarte diciendo: «¿Por qué no empiezas por despejar las encimeras?». Una vez limpias la encimera, es más fácil continuar.
Luego puedes preguntar: «¿Y qué sigue?» y te sugerirá acciones como limpiar superficies o meter el lavavajillas. Así, no necesitas planificar mucho: solo chateas con ChatGPT y lo vas resolviendo sobre la marcha.
Incluso puedes describir tu cocina o compartir fotos, y te ayudará a recorrer toda la habitación hasta dejarla reluciente. La idea no es planificar todo el proyecto, sino reducir la inercia vocalizando un primer paso específico y alcanzable. Se trata menos de productividad perfecta y más de interrumpir la rutina de postergación con un empujón verbal.
Asimismo, aunque planifiques con antelación, poner «Limpiar la casa» en la lista de tareas no es una actividad única. Dividir esas secciones es agotador para mí. Ahora dejo que el modo de voz me ayude a fragmentar todo en misiones pequeñas y factibles, aunque la tarea grande parezca una montaña.
Si quiero organizar una cena, hay muchos detalles. Digo a ChatGPT que estoy en modo avanzado de voz y no solo empieza a hacer listas de tareas para cada aspecto, sino que explica lo que hace y me permite añadir lo que se me ocurra según sus propuestas.
Por ejemplo, puede poner «Crear el menú» como tarea, con cada plato como subsección, y yo puedo añadir: «Asegúrate de que esté listo un par de días antes para poder hacer la compra a tiempo». Tras listas iniciales, empiezas por la primera y, cuando terminas, preguntas «¿Qué sigue?» para avanzar de tarea en tarea de forma natural.
Una de las formas más útiles que he encontrado para usar el modo de voz es hacer sprints de trabajo enfocados. Son sesiones breves para concentrarte en una tarea, con necesidad de estructura y rendición de cuentas, pero sin parar a usar un temporizador o el móvil.
Así: mientras estoy delante de un cajón desordenado o preparando una tarjeta de cumpleaños, digo: «ChatGPT, voy a organizar estos cajones, pero no quiero dedicar más de 20 minutos; manténme enfocado y avísame cuando queden pocos minutos para que pueda ir terminando». Es como la técnica Pomodoro, pero con IA en vez de tomates.
También puedes combinar el temporizador con microobjetivos: «ChatGPT, quiero limpiar este cajón en 20 minutos. Empieza el temporizador y recuérdame cambiar de sección cada 5 minutos». Oirás un amable aviso verbal para seguir avanzando. Incluso puedes encadenar sprints: «Después de este, 10 minutos para doblar la ropa». Lo importante es no mirar la pantalla ni perder el ritmo, solo mantener las manos ocupadas y que el modo de voz te mantenga en marcha.
He dejado entrever que hago muchas listas antes de cualquier tarea. Ojalá fuera así, pero en realidad soy lo que llamaría dinámico y, con más precisión, caótico. El modo avanzado de voz encaja con esa manera dispersa de organizarme. Proporciona un comentario continuo de mis pensamientos que queda recogido para revisar cuando quiero.
Tú también puedes. Cuando algo te venga a la cabeza, di a ChatGPT: «Añade eso a mi lista de tareas» o «Toma nota: pide más toallitas para bebé». ChatGPT confirmará y guardará el ítem, estés barriendo o paseando al perro. Para organizar, puedes categorizar por listas: «Añade ‘cita con el veterinario’ a mis recados» o «Añade ‘enviar email a Laura’ a trabajo», según te surja. El modelo segmentará por nombres de lista; luego puedes preguntar «¿Qué hay en mi lista de recados hoy?» y te leerá solo esas tareas.
Es genial porque cuando hablas con el modo avanzado de voz en todo esto, no son solo recordatorios al azar en una app de notas. Al final del día, puedes preguntar: «¿Qué he añadido a mi lista hoy?» y escuchar un repaso de tu carga mental. Eso no solo refresca la memoria, sino que permite seguir con «Perfecto, pasa esas a la lista de mañana» o «Elimina las que he terminado».
Esos registros son útiles incluso cuando terminas con el modo avanzado de voz. Como es ChatGPT, puede crear y actualizar hojas de cálculo y documentos con base en la conversación, solo narrando lo que haces.
Por ejemplo, hace poco reorganicé mi nevera y congelador. Pedí a ChatGPT en modo avanzado de voz que registrara dónde guardaba cada alimento y creara una hoja con la lista, organizada por estante y cajón. También indiqué fechas de caducidad donde fuera relevante y las añadió. Así, podía describir en tiempo real lo que guardaba diciendo: «Leche en estante dos, caduca en seis semanas».
Pude actualizarlo al momento si movía algún producto. Después, la hoja estaba lista para exportar y compartir con mi familia, para que supiéramos cuándo no comprar guisantes congelados y dónde está la mostaza que a mi esposa le gusta.