OpenAI revierte cambios en GPT-5 tras rechazo de usuarios y vuelve a ofrecer GPT-4

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OpenAI revierte cambios en GPT-5 tras rechazo de usuarios y vuelve a ofrecer GPT-4

OpenAI ajusta su estrategia tras la backlash por GPT-5 y vuelve a ofrecer GPT-4 ante las críticas de usuarios y desafíos éticos.

Descripción

Sam Altman, CEO de OpenAI, ha estado muy activo en las últimas semanas tras el lanzamiento de GPT-5, la nueva versión del chatbot de la empresa. Sin embargo, las nuevas funciones introducidas generaron una reacción negativa entre los usuarios más leales, que expresaron su rechazo ante cambios como respuestas más abruptas, la eliminación de la memoria en la IA y una reducción en la cantidad de opciones de modelos disponibles. Estas modificaciones han llevado a OpenAI a revertir su decisión inicial y volver a ofrecer GPT-4 a todos los suscriptores de ChatGPT Plus, aunque aún no está claro cuándo estará disponible para los usuarios gratuitos.

Altman ha reconocido públicamente que la implementación de GPT-5 no fue del todo exitosa y que la compañía cometió errores en su despliegue. La decisión de limitar el acceso a GPT-4, reservándolo solo para usuarios de pago, refleja las dificultades que enfrentan las empresas de inteligencia artificial para equilibrar la innovación con la confianza de la ciudadanía y la ética. La introducción de cambios radicales en GPT-5 ha abierto un debate sobre cómo las compañías de IA deben mejorar sus productos, considerando las implicaciones éticas y el impacto en distintos tipos de usuarios.

El CEO de OpenAI afirmó que la meta de la empresa es posicionarse como el tercer sitio más popular a nivel global, superando a Meta con Facebook e Instagram. Con este objetivo en mente, Altman señaló que la empresa busca ser útil tanto para la productividad como para las relaciones personales, atendiendo a diferentes usos de la inteligencia artificial. Asimismo, enfatizó la importancia de proteger a los usuarios con estados mentales frágiles, evitando la explotación accidental o el uso inapropiado de sus plataformas.

El crecimiento acelerado de la IA ha provocado que tanto empresas como reguladores comiencen a reflexionar sobre cómo las actualizaciones y nuevas funciones afectarán a la ciudadanía. La dependencia creciente de estas tecnologías requiere una consideración cuidadosa para garantizar un desarrollo responsable y ético. En este contexto, las compañías enfrentan el desafío de introducir mejoras sin comprometer la confianza y seguridad de sus usuarios, en un escenario donde la responsabilidad y la ética son fundamentales para el futuro de la inteligencia artificial.