Sam Altman prevé una singularidad suave y un avance progresivo hacia la inteligencia artificial general para 2030
Sam Altman plantea una evolución pausada y optimista hacia la inteligencia artificial general, anticipando cambios significativos en tecnología y recursos para 2030.

El CEO de OpenAI, Sam Altman, ha compartido recientemente un artículo titulado «La singularidad suave», en el que sugiere que podría ser la última vez que escribe un post sin la ayuda de inteligencia artificial generativa. En su publicación, Altman ofrece una visión optimista y gradual sobre la trayectoria hacia la inteligencia general artificial (AGI), asegurando que la singularidad no será un evento repentino, sino un proceso que ocurrirá lentamente y de manera progresiva.
Altman afirmó que OpenAI está desarrollando una inteligencia artificial que será «extremadamente personalizada y fácil de usar para todos», creando lo que él describe como un «cerebro para el mundo». Además, señala que la industria emergente de startups en el campo de la IA pronto tendrá su momento de mayor brillo, dejando atrás la imagen de solo «conceptualización» y pasando a una etapa de implementación real e impacto en la vida cotidiana.
El ejecutivo expresó confianza en los avances que están logrando con ChatGPT, declarando que ya es más poderoso que cualquier ser humano y que millones de personas dependen diariamente de sus capacidades. Sin embargo, también reconoció que el avance acelerado de la IA podría hacer desaparecer ciertas clases de trabajos en el futuro cercano. A pesar de ello, Altman señala que la humanidad tiene una capacidad innata para adaptarse, innovar y prosperar rápidamente en estas nuevas condiciones.
En cuanto al consumo energético y de recursos, Altman reveló que ChatGPT utiliza aproximadamente 0,34 Wh por respuesta, lo que equivale a lo que consume un horno en poco más de un segundo o una bombilla de alta eficiencia en unos minutos. Respecto al uso de agua, GPT-4 requiere hasta tres botellas por cada 100 palabras generadas, aunque Altman asegura que, en términos de agua, una sola respuesta consume solo 0,000085 galones. Estas cifras evidencian el alto coste energético y de recursos que implica la operación de estos modelos de IA.
Finalmente, Altman proyecta que para el año 2030 habrá una abundancia de energía e inteligencia, factores que facilitarán avances significativos y eliminarán muchas barreras para el progreso humano. Esto ayudará a impulsar la ciencia, la innovación y el bienestar mundial, acelerando la transición hacia una era en la que la tecnología y la energía sean elementos imprescindibles para el desarrollo global.