El uso de ChatGPT en decisiones personales crece entre las generaciones jóvenes y adultas, planteando beneficios y riesgos
El uso de ChatGPT para decisiones personales crece, revelando beneficios y riesgos que afectan distintas generaciones en un contexto digital en transformación.

En la era digital, el uso de herramientas como ChatGPT está transformando la forma en que diferentes generaciones toman decisiones personales, buscan orientación y reflexionan sobre sus vidas. Según Sam Altman, CEO de OpenAI, son muchos quienes confían en esta inteligencia artificial para consultar desde cuestiones cotidianas hasta decisiones profundas, especialmente la Generación Z. Este grupo, criado en un entorno digital y marcado por la ansiedad social, la incertidumbre económica y los efectos de la inmediatez, ha adoptado ChatGPT como si fuera un «sistema operativo» para su vida, mientras que adultos jóvenes y mayores lo emplean más como un motor de búsqueda inteligente o un consejero de vida.
La accesibilidad, la disponibilidad 24/7, la ausencia de juicio y el bajo coste hacen que esta tecnología sea una opción atractiva para quienes no tienen fácil acceso a mentores, terapeutas o coaches profesionales. Además, ofrece un espacio seguro para explorar ideas, reflexionar en torno a grandes decisiones o analizar aspectos como relaciones a distancia, diagnósticos de neurodivergencias o cambios laborales. En este sentido, ChatGPT puede ayudar a mejorar la metacognición, pues aporta resúmenes, preguntas aclaratorias y perspectivas distintas, siendo particularmente útil para usuarios neurodivergentes con condiciones como el ADHD o la ansiedad.
No obstante, esta creciente dependencia también plantea serios riesgos. Los algoritmos no poseen intuición ni empatía genuina; solo simulan comportamientos empáticos. Pueden estar sesgados por los datos con los que fueron entrenados, contienen la posibilidad de hallucinar, es decir, inventar informaciones erróneas, y su falta de responsabilidad en las decisiones derivadas de su uso es motivo de preocupación. Además, la relación humana puede verse relegada, ya que la interacción con un chatbot, por más convincente que parezca, no reemplaza la comprensión ni el apoyo emocional auténtico que ofrecen las relaciones reales.
El uso de ChatGPT para decisiones importantes refleja un contexto de pérdida de autoridad y confianza en las instituciones tradicionales, donde la incertidumbre y la fragilidad emocional aumentan. Los expertos advierten que, si bien la tecnología puede ser un apoyo válido y complementario, su empleo excesivo o exclusivo puede generar una dependencia que desvaloriza la búsqueda de apoyo humano. Reflexionar sobre los motivos de su uso, las limitaciones de la inteligencia artificial y la necesidad de mantener vínculos genuinos resulta fundamental para evitar que esta herramienta se convierta en una sustituta superficial de relaciones humanas clave en momentos de vulnerabilidad.
En definitiva, la tendencia a acudir a ChatGPT para guidance y consuelo revela cómo ha cambiado la percepción de autoridad y soporte en nuestra sociedad. Aunque la tecnología puede ofrecer respuestas rápidas y soluciones temporales, también invita a cuestionar qué estamos dejando atrás en nuestro proceso de autoconocimiento, empatía y reconstrucción de vínculos auténticos. La clave está en utilizar estas herramientas con conciencia, entendiendo sus límites y priorizando siempre la conexión humana real, especialmente cuando más se necesita.