El uso excesivo de ChatGPT puede afectar nuestras habilidades cognitivas y pensamiento crítico
El uso desmedido de ChatGPT puede reducir nuestras capacidades cognitivas y habilidades de pensamiento crítico, afectando la memoria y el análisis profundo.
Recientemente, una amiga compartió en una cafetería su entusiasmo por ChatGPT, una herramienta de inteligencia artificial que utiliza para resolver dilemas personales, obtener consejos y realizar tareas cotidianas. Aunque su entusiasmo es comprensible, resulta inevitable cuestionar los límites de depender de modelos de lenguaje para tareas que requieren pensamiento crítico y análisis profundo.
El uso de asistentes como ChatGPT puede ser muy útil para entender y simplificar aparatos domésticos complejos, por ejemplo, el problema que enfrentaba con un lavavajillas reacio a funcionar. Sin embargo, surge la inquietud sobre cómo esta externalización del conocimiento afecta nuestras capacidades cognitivas. Estudios recientes sugieren que confiar excesivamente en herramientas externas, como calculadoras, calendarios o incluso modelos de lenguaje, puede derivar en una pérdida de habilidades metacognitivas, también conocida como «pereza metacognitiva».
Desde hace décadas, la inteligencia media global muestra una tendencia a disminuir, atribuida en parte a la distracción tecnológica y a los cambios en los sistemas educativos que priorizan habilidades específicas sobre el conocimiento en sí. El uso frecuente de la inteligencia artificial puede exacerbar esta tendencia, ya que se argumenta que hemos comenzado a valorar menos el pensamiento propio y el conocimiento interno, confiando en cambio en sistemas externos que hacen el trabajo por nosotros.
Expertos como Barbara Oakley advierten que esta externalización puede perjudicar nuestro cerebro, ya que el almacenamiento interno de conocimientos y la práctica de relacionar hechos son fundamentales para mantener y mejorar nuestra capacidad de pensar creativamente. La referencia a herramientas como ChatGPT como «extensiones de memoria» o «cognitive offloading» revela que, aunque facilitan tareas, un uso desmedido puede disminuir nuestras habilidades para recordar, analizar y comprender profundamente.
Además, la disminución del cociente intelectual en varios países en los últimos años, relacionada con la sobrecarga de distracciones digitales y cambios pedagógicos, evidencia que dependemos demasiado de la tecnología para pensar. La importancia de mantener un archivo interno y comprender el contexto, como señala el neurobiólogo Kenan Malik, es fundamental para una ciudadanía informada y capaz de tomar decisiones acertadas.
Un ejemplo positivo del uso equilibrado de ChatGPT es el de un psicólogo jubilado que lo emplea como una «prótesis cognitiva», una herramienta para ampliar su proceso de pensamiento, sin dejar de confiar en su capacidad crítica. Este enfoque subraya que la inteligencia artificial debe ser vista como una ayuda, no como un sustituto del pensamiento propio. La clave está en desarrollar confianza en nuestras capacidades internas, utilizando estas herramientas como complemento, pero sin perder la responsabilidad del análisis y la reflexión personal.