El aumento de satélites en órbita terrestre baja podría acelerar cambios ambientales y afectar la capa de ozono
El crecimiento de satélites en órbita baja genera preocupaciones sobre su impacto ambiental y posibles alteraciones en la capa de ozono.

La creciente cantidad de satélites en la órbita terrestre baja (LEO) podría provocar cambios ambientales significativos, según un estudio reciente realizado por un equipo de investigadores de Estados Unidos. Se estima que, para 2040, podrían estar en funcionamiento más de 60.000 satélites en esta zona, y la quema de estos al reingresar a la atmósfera podría liberar hasta 10.000 toneladas anuales de aluminio oxidado.
Este aluminio oxidado tiene el potencial de elevar la temperatura de la capa atmosférica en aproximadamente 1,5 grados Celsius y de afectar la capa de ozono. Sin embargo, estos efectos varían según el tamaño de los fragmentos de aluminio tras la combustión, y aún no se comprenden completamente las implicaciones de una presencia masiva de satélites y aluminio en la atmósfera.
En un plazo de aproximadamente 15 años, el aumento en la cantidad de satélites, incluidas las grandes constelaciones de miles o decenas de miles de dispositivos, podría reducir la velocidad de los vientos en la alta atmósfera. Este cambio podría afectar procesos atmosféricos complejos y, potencialmente, la recuperación de la capa de ozono. Aunque una menor velocidad del viento podría contribuir a reducir el agujero en la capa de ozono, todavía se desconocen las consecuencias exactas de acumulaciones tan elevadas de aluminio en la atmósfera.
El impacto dependería en gran medida del tamaño del material tras la combustión, ya que los satélites que se desintegran a menor altitud se vaporizarían más rápidamente, generando mayores preocupaciones. Actualmente, la comunidad científica tiene un conocimiento limitado sobre los efectos a largo plazo de la proliferación de satélites, dado que los despliegues de estas megaconstelaciones son relativamente recientes.
Estas inquietudes se intensificaron especialmente con el inicio del lanzamiento masivo de satélites por parte de empresas como SpaceX, con la serie Starlink, que también ha suscitado preocupaciones sobre su impacto en la astronomía y la atmósfera. Estudios recientes, publicados en revistas especializadas como Journal of Geophysical Research: Atmospheres, evidencian la escasa comprensión que aún existe sobre cómo influirá esta creciente presencia satelital en el clima y la capa de ozono, resaltando la urgente necesidad de mayor investigación en esta área.