Nvidia presenta resultados del primer trimestre fiscal de 2026 en medio de desafíos regulatorios y aumento en gastos de chips Blackwell
Nvidia presenta sus resultados del primer trimestre fiscal de 2026, en un entorno marcado por desafíos regulatorios, nuevos gastos y competitividad en la IA.

Nvidia protagoniza este miércoles la atención del mercado con la publicación de sus resultados correspondientes al primer trimestre fiscal de 2026, en un contexto marcado por desafíos regulatorios y políticos que influyen en la percepción de la ciudadanía inversora. La compañía enfrenta varias incertidumbres, entre ellas los aranceles impuestos por la administración Trump y las restricciones en la compra de chips de silicio de vanguardia por parte de EE. UU. y China, que podrían afectar sus operaciones y perspectivas futuras.
El analista Michel Hewson señala que, además de los aranceles, preocupa la rentabilidad de los nuevos chips Blackwell, que han generado mayores gastos en la empresa mientras buscan ampliar su mercado. Por su parte, la entrada de DeepSeek en tareas de inteligencia artificial, utilizando chipsets de menor coste, ha añadido otro factor de inquietud, ya que su capacidad para realizar tareas similares con componentes más económicos amenaza la ventaja competitiva de Nvidia en la industria.
A pesar de estos obstáculos, Nvidia ha logrado superar las estimaciones de beneficios en el trimestre, gracias a una previsión conservadora que la compañía presentó inicialmente, pero que fue superada por los resultados reales, generando expectativas de una recuperación y crecimiento sólidos. Los analistas estiman un beneficio por acción (BPA) de 0,81 dólares y unos ingresos de 43.000 millones de dólares, lo que representa un aumento interanual del 65%. La compañía también destaca que puede cumplir con estas previsiones sin dificultades.
El consenso del mercado anticipa que las cifras de Nvidia superarán 1,00 dólar de BPA en el segundo trimestre, en comparación con los 0,68 dólares del mismo período del año anterior, reflejando un beneficio neto de aproximadamente 23.400 millones de dólares. Sin embargo, el CEO Jensen Huang deberá comunicar con cautela las perspectivas para el próximo trimestre y el resto del año, ya que las decisiones y comentarios del máximo ejecutivo pueden influir significativamente en la cotización de las acciones.
En un entorno de elevada volatilidad e incertidumbre, otras compañías del sector como Super Micro Computer y CoreWeave han reducido expectativas y emitido advertencias sobre beneficios, evidenciando la cautela del mercado ante las dificultades en el mercado de chips y en la IA. Super Micro, en particular, ha reportado depreciaciones en su inventario y retrasos en informes regulatorios, lo que también señala posibles síntomas de un mercado más desafiante.
Otro punto de atención será la gestión de inventarios en la cadena de suministro. Tras un aumento de inventarios en 2022 que impactó las ganancias, Nvidia ha conseguido estabilizar su inventario en niveles cercanos a la media histórica, en torno a los 87 días. Sin embargo, existe el riesgo de que una reducción en la demanda por parte de los grandes clientes, motivada por posibles cambios en sus estrategias de compra, pueda afectar tanto a los inventarios como a las cuentas por cobrar, poniendo en riesgo la recuperación del crecimiento de la compañía a corto plazo.
En resumen, Nvidia enfrenta un escenario complejo donde los avances tecnológicos y su capacidad de adaptación serán clave para sortear las barreras regulatorias y competitivas. La atención estará puesta en las declaraciones del CEO sobre las restricciones comerciales y la potencial reducción en la demanda, aspectos que marcarán el rumbo de la compañía en los próximos meses.