Estudio del MIT Media Lab revela que el uso de ChatGPT reduce la actividad cerebral y afecta la creatividad en jóvenes

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Estudio del MIT Media Lab revela que el uso de ChatGPT reduce la actividad cerebral y afecta la creatividad en jóvenes

Una investigación del MIT muestra cómo el uso de ChatGPT puede disminuir la actividad cerebral y limitar la creatividad en jóvenes.

Descripción

Un estudio reciente realizado por el MIT Media Lab ha puesto en evidencia los posibles efectos negativos del uso de la inteligencia artificial (IA) en las funciones cognitivas humanas, especialmente en jóvenes. La investigación, liderada por Nataliya Kosmyna, se basó en un experimento con 54 participantes de entre 18 y 39 años, que realizaron tareas de redacción de ensayos similares a las pruebas SAT.

Los participantes se dividieron en tres grupos: uno usó únicamente su capacidad cerebral, otro empleó un buscador como Google y el tercero recibió ayuda de ChatGPT, el chatbot desarrollado por OpenAI. Durante el proceso, se les colocaron dispositivos EEG para monitorear su actividad cerebral en 32 regiones distintas, lo que permitió analizar cómo funcionaban sus cerebros en diferentes condiciones.

Los resultados fueron contundentes. Quienes utilizaron ChatGPT mostraron hasta un 55% menos de actividad cerebral, medida mediante la técnica dDTF, que evalúa la fluidez de la información entre distintas áreas cerebrales. En contraste, los participantes que redactaron sin ayuda activaron redes neuronales relacionadas con la creatividad, el procesamiento semántico y la memoria, demostrando mayor esfuerzo cognitivo.

Además, la calidad de los textos producidos por los usuarios de IA fue calificada como «plana» y repetitiva, con poca originalidad. Se observó también que estos usuarios tenían menor capacidad para recordar o citar información previa, lo que apunta a un aprendizaje superficial y una integración limitada del conocimiento.

Curiosamente, en una segunda fase del estudio se invirtieron los roles: quienes inicialmente usaron solo su cerebro probaron con ChatGPT, y viceversa. Los resultados indicaron que quienes dependieron únicamente de su memoria sufrieron dificultades sin la ayuda de la IA, pero mostraron un aumento en la conectividad cerebral al integrar la tecnología, lo que sugiere que el conocimiento previo favorece un uso más crítico y efectivo de estas herramientas.

Estas evidencias refuerzan la idea de que la IA puede complementar el aprendizaje, pero no reemplazarlo sin consecuencias. La experta Zishan Khan, que trabaja con adolescentes en contextos escolares, advierte que el uso temprano e indiscriminado de estos sistemas puede perjudicar el desarrollo cerebral, especialmente en niños y jóvenes en fase de formación cognitiva. Por ello, recomienda retrasar su incorporación en los procesos educativos hasta que el alumnado haya desarrollado habilidades cognitivas suficientes.