El esperado Tesla Roadster continúa en espera, a ocho años de su anuncio inicial y en medio de controversias con reservas y rivalidades internas
El Tesla Roadster, anunciado hace ocho años, aún no llega a producción, mientras crecen expectativas y tensiones internas en el mundo de Tesla.
El CEO de Tesla, Elon Musk, prometió hace ocho años un nuevo modelo de Roadster, tras el lanzamiento del vehículo eléctrico de la compañía en 2008. Sin embargo, la versión actualizada aún no ha llegado a producción y sigue en espera, generando expectativas entre seguidores e inversores que aguardan su presentación antes de que finalice el año. Musk afirmó en una entrevista con el podcast de Joe Rogan que el nuevo Roadster podría convertirse en el lanzamiento de producto más memorable de la historia de Tesla, aunque no ofreció detalles técnicos ni de diseño actualizados.
Mientras tanto, la reserva del Roadster ha sido motivo de controversia. Sam Altman, CEO de OpenAI y antiguo amigo de Musk, que realizó su reserva en 2018, ha intentado cancelarla y reclamar su depósito, lo que incluso llevó a Musk a hacer referencia a ello en público. Altman expresó su frustración por la prolongada espera de 7,5 años, calificando el retraso de excesivo. La relación entre Musk y Altman se ha tensionado, ya que Musk lidera la startup de inteligencia artificial xAI, competencia directa de OpenAI, y actualmente están inmersos en una disputa legal.
Expertos del sector, como Patrick George, editor en jefe de InsideEVs, señalan que el aparente olvido del Roadster durante años responde a las tensiones y rivalidades internas. La aparición pública del tema está vinculada a la reciente declaración de Altman, que ha impulsado a Musk a volver a hablar del vehículo. El Roadster, dirigido al segmento de autos de alto rendimiento y producción limitada, busca competir con modelos como el BYD YangWang U9 Xtreme, recientemente reconocido como el coche de producción más rápido del mundo.
Por otro lado, Musk afronta una votación importante con accionistas de Tesla la próxima semana, en la que se debatirá un polémico plan de pensiones que le otorgaría cerca de un billón de dólares en acciones de la compañía y aumentaría su participación accionarial a aproximadamente el 25%, condicionado a ciertos hitos de crecimiento y valoración del mercado. La decisión sobre este paquete salarial se presenta como un asunto crucial para el futuro de Musk y de Tesla en los próximos meses.