OpenAI enfrenta retos internos y la fuga de talentos hacia Meta en medio de una disputa con Microsoft
OpenAI enfrenta desafíos internos y la fuga de talentos hacia Meta, mientras lidia con presiones de inversores y la competencia en inteligencia artificial.
Las últimas semanas han sido muy intensas para OpenAI, una de las principales compañías de inteligencia artificial con sede en San Francisco. La firma ha afrontado una fuerte presión de sus inversionistas para transformar su estructura en un negocio con fines de lucro; sin embargo, informes indican que Microsoft, su mayor inversor, está retrasando la transición para proteger sus intereses estratégicos.
Además, OpenAI ha perdido a varios de sus talentos más destacados en IA, quienes han sido tentados por Mark Zuckerberg con ofertas que alcanzaron hasta los 100 millones de dólares en bonos de firma para unirse a Meta en su nueva iniciativa, Meta Superintelligence Labs (MSL). Aunque el CEO de OpenAI, Sam Altman, afirmó que ninguno de los mejores empleados aceptó la propuesta de Meta, una nota interna difundida por Zuckerberg revela que varios ex empleados de OpenAI ya trabajan en la nueva división de Meta, incluyendo a Shengjia Zhao, Shuchao Bi y Jiahui Yu, expertos en datos sintéticos, entrenamiento multimodal y percepción, respectivamente.
En su afán por ponerse al día con OpenAI y Google en avances en IA generativa, Meta ha reforzado su inversión en esta área con recursos económicos significativos, demostrando una estrategia sólida para atraer a los mejores talentos del sector. Meta también ha anunciado nuevas contrataciones basadas en antiguos empleados de OpenAI y ha realizado una fuerte apuesta en tecnologías de inteligencia artificial, incluyendo una inversión millonaria de 14.300 millones de dólares en Scale AI.
Mientras tanto, OpenAI responde intentando mantener al personal motivado mediante una semana obligatoria de descanso y redefiniendo sus estrategias internas de compensación y reconocimiento. Sin embargo, sus empleados trabajan largas jornadas —hasta 80 horas semanales— en un contexto de alta tensión por el temor a perder a los mejores investigadores y desarrolladores.
Dentro de la compañía, existen frustraciones expresadas por altos ejecutivos, como Mark Chen, quien manifestó su malestar por las ausencias y el alto nivel de presión por parte de Meta para captar a sus empleados. Chen informó que trabaja estrechamente con Altman para contener la fuga de talentos e indicó que están explorando formas creativas de retener al equipo, además de recalibrar las políticas de compensación.
Algunos investigadores internos han advertido que Meta podría aprovechar la semana de descanso de OpenAI para presionar aún más a los empleados a aceptar sus ofertas, buscando reforzar su estrategia competitiva en el desarrollo de inteligencia artificial. Este escenario refleja la creencia compartida por algunos expertos, como Roman Yampolskiy, de que la viabilidad de lograr una inteligencia artificial general (AGI) no dependerá solo del tiempo, sino también de contar con los recursos económicos y computacionales necesarios. Meta ha demostrado poseer estas capacidades y recursos para atraer a los talentos clave, consolidando su posición en la carrera tecnológica de la IA.