Tensiones internas afectan la colaboración entre Microsoft y OpenAI ante avances y proyectos estratégicos en inteligencia artificial

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Tensiones internas afectan la colaboración entre Microsoft y OpenAI ante avances y proyectos estratégicos en inteligencia artificial

Las relaciones entre Microsoft y OpenAI enfrentan una seria crisis, mientras ambos buscan consolidar su liderazgo en inteligencia artificial y proyectos estratégicos.

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En los últimos meses, se ha evidenciado una profunda fractura en la relación entre Microsoft y OpenAI, dos de las principales figuras en el ámbito de la inteligencia artificial. Aunque el CEO de OpenAI, Sam Altman, ha minimizado las tensiones argumentando que son normales en alianzas de esta magnitud, la realidad sugiere un quiebre en su colaboración estratégica.

El comienzo de este año estuvo marcado por el anuncio del proyecto Stargate de OpenAI, una inversión de 500.000 millones de dólares destinada a construir centros de datos en Estados Unidos para potenciar avances en IA. La noticia generó preocupación dentro de la comunidad tecnológica, especialmente tras la pérdida por parte de Microsoft de su condición de socio exclusivo en la nube para OpenAI, conservando únicamente el derecho de preferencia para alojar cargas de trabajo en su infraestructura, pero sin exclusividad.

Información adicional señala que Microsoft habría desistido de varios proyectos de centros de datos por motivos relacionados con el soporte para entrenamiento adicional de ChatGPT, aunque Altman afirmó que OpenAI no enfrenta limitaciones de computación actualmente. Sin embargo, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, reafirmó el compromiso de su empresa con el éxito de OpenAI, resaltando que Microsoft obtiene beneficios económicos con cada uso de ChatGPT.

La tensión se incrementó cuando OpenAI anunció su intención de transformarse en una entidad con fines de lucro para atraer más inversión y cubrir sus crecientes necesidades de computación en la nube. Esta transición, fundamental para asegurar fondos de inversores como SoftBank, que recientemente aportó 40.000 millones de dólares y elevó la valoración de OpenAI por encima de los 300.000 millones, requiere la aprobación de Microsoft. La compañía de Redmond, sin embargo, muestra resistencia, exigiendo una participación mayor en la nueva estructura de OpenAI, lo que ha generado temor a que la firma pueda recurrir a instancias judiciales por conductas anticompetitivas.

En medio de esta disputa, OpenAI también busca renegociar los términos de su acuerdo de colaboración con Microsoft, especialmente en lo relativo a la propiedad intelectual y tecnología de próxima generación. Un ejemplo claro es la propuesta del gigante tecnológico de adquirir Windsurf, una herramienta de codificación en IA valorada en 3.000 millones de dólares, lo que generaría preocupación por la competencia con GitHub Copilot, la solución de Microsoft en este campo.

Mientras tanto, Microsoft ha manifestado su acuerdo para la adquisición de Windsurf, incluso dispuesto a eliminar su acceso a la propiedad intelectual en el acuerdo futuro con OpenAI. Sin embargo, expertos de la industria advierten que la intención de OpenAI es posiblemente declarar la existencia de una inteligencia general artificial (AGI) antes de lo previsto, para romper la relación con Microsoft. La AGI, definida en acuerdos como una tecnología capaz de superar las capacidades humanas y generar beneficios de hasta 100.000 millones de dólares, se ha convertido en una meta ambiciosa para la firma, que aún mantiene derechos exclusivos en la plataforma Azure para acceder y vender sus tecnologías de próxima generación.

Especialistas mencionan que la manera en que OpenAI interpreta su propiedad intelectual le permite mantener en secreto productos en desarrollo y retrasar su publicación para complicar aspectos de competencia. A su vez, señalan que Microsoft, a pesar de tener acceso a dicha tecnología, enfrenta dificultades para comprender su funcionamiento, ya que OpenAI a menudo no logra explicar claramente sus innovaciones a sus socios tecnológicos.

En un contexto cada vez más competitivo, empresas como Meta, con su nueva iniciativa Superintelligence Labs, han conseguido atraer talento de OpenAI, lo que aumenta las presiones internas y externas sobre la firma. Recientemente, OpenAI ordenó a su personal una semana obligatoria de vacaciones, en medio de rumores de una posible guerra de ofertas y talento en el ámbito de la IA, marcada también por largas jornadas laborales y una batalla por consolidar liderazgo en un mercado que no hace más que expandirse.