Tesla pierde a su gerente del superordenador Cortex, quien se une a OpenAI en una fuga de talento
Tesla enfrenta una importante fuga de talento en su proyecto de supercomputación, mientras OpenAI continúa fortaleciendo su infraestructura en inteligencia artificial.

Tesla ha perdido al gerente del programa técnico encargado de su superordenador Cortex en Texas, quien ha decidido unirse a OpenAI. Este movimiento es el ejemplo más reciente de una fuga significativa de talento en Tesla durante el último año. La compañía ha invertido de manera importante en centros de datos de gran escala para albergar capacidades de supercomputación dedicadas al entrenamiento de sus redes neuronales, con el objetivo de alcanzar la conducción autónoma. El último de estos centros es un superordenador llamado Cortex, ubicado en la gigafábrica de Texas, en Austin.
Originalmente, Tesla planeaba que este sistema soportara una capacidad de alrededor de 100 MW en su fase inicial, con la meta de alcanzar los 500 MW a largo plazo. Sin embargo, el proyecto ha sufrido retrasos y cambios en la asignación de recursos, incluida la infraestructura. De hecho, Elon Musk redirigió los ordenadores NVIDIA inicialmente destinados a este superordenador hacia xAI, la startup de inteligencia artificial bajo su control.
Se supo que Tesla incorporó a Adam Wilson, un ingeniero especializado en el diseño de centros de datos proveniente de Meta, para liderar el proyecto el año pasado. Ahora, Wilson ha decidido dejar Tesla para asumir el liderazgo del diseño de centros de datos en OpenAI, una organización con la que ha tenido cierta rivalidad, ya que Musk fue cofundador de OpenAI pero dejó la entidad en 2018 por conflictos de interés con los desarrollos en Tesla. La marcha de Wilson a OpenAI refuerza las tendencias de movilidad interna entre ambas organizaciones.
Con su incorporación a OpenAI, Wilson participará en el despliegue de centros de datos a través del proyecto Stargate, que contempla una inversión de cientos de miles de millones de dólares en infraestructura computacional en Estados Unidos para potenciar los productos de inteligencia artificial de la organización.
Por otro lado, Tesla sigue necesitando construir muchos más centros de datos de gran escala para entrenar sus vehículos autónomos en desarrollo. El progreso hacia la autonomía de nivel 4–5, conocida como conducción completamente automatizada, parece estancado en su fase actual, y expertos sugieren que Tesla debería incrementar diez veces su capacidad de cómputo de entrenamiento para alcanzar estos niveles.