Laboratorios de inteligencia artificial invierten millones en energía y recursos para avanzar en sus modelos
Los principales laboratorios de IA destinan millones en recursos energéticos y de agua, generando debates sobre su impacto ecológico y avances tecnológicos.

Los principales laboratorios de inteligencia artificial, entre ellos OpenAI, Anthropic y Google, están invirtiendo grandes sumas de dinero para impulsar avances en el campo. En 2023, un informe reveló que OpenAI gasta hasta 700,000 dólares diarios solo en mantener activo a ChatGPT. Recientes declaraciones del CEO de OpenAI, Sam Altman, bromeó acerca del alto consumo energético de la plataforma, sugiriendo que ChatGPT gasta decenas de millones de dólares en electricidad, aunque considera estos gastos como una inversión valiosa.
Mientras tanto, un informe de Epoch AI cuestiona las cifras oficiales sobre el consumo energético, asegurando que ChatGPT consume menos energía de lo previamente divulgado. Según este estudio, ChatGPT, que funciona con GPT-4, solo requiere 0.3 vatios-hora para generar una respuesta, cifra que sería mucho menor a la que algunos sostienen. La controversia ha generado debates acerca del impacto real del consumo energético de estos modelos, ya que datos anteriores indicaban que la generación de respuestas en IA requiere una cantidad significativa de recursos.
En 2023, la operación de estos modelos también implica un alto uso de recursos en refrigeración, necesarios para mantener en funcionamiento los centros de datos donde se alojan. Un informe reciente indica que la generación de respuestas de IA, como ChatGPT y GPT-3, requiere aproximadamente una botella de agua para enfriar los servidores; en particular, se señala que GPT-3 consume cuatro veces más agua de lo estimado, y GPT-4 puede llegar a usar hasta tres botellas para producir solo 100 palabras.
Todo esto genera un debate en torno a la verdadera huella ecológica de la inteligencia artificial, ya que gigantes tecnológicos como Microsoft y Google también han sido señalados por consumir más electricidad que algunos países, aunque diferentes informes disipan esas cifras, sugiriendo que muchas de estas estimaciones podrían estar basadas en cálculos antiguos o imprecisos. La discusión continúa abierta, resaltando la importancia de contar con datos precisos para entender el impacto energético de estas innovaciones tecnológicas.