2025 destacó por la recuperación de Alphabet y Nvidia en medio de un año de volatilidad e incertidumbre en los mercados
2025 fue un año de contrastes en los mercados, donde la recuperación de Alphabet y Nvidia destacó en un escenario de incertidumbre y volatilidad.
2025 fue un año marcado por fuertes contrastes en los mercados financieros, que empezó con un shock político, seguido de una recuperación sólida y terminó en un escenario de incertidumbre y más preguntas que certezas. El índice S&P 500 subió un 16%, pero solo dos empresas, Alphabet y Nvidia, lograron superar ese rendimiento, mientras que otras como Microsoft, Tesla, Apple y Meta registraron aumentos menores y Amazon apenas creció un 2%. En Europa, las acciones estadounidenses cayeron un 13%, dejando a los inversores alemanes con ganancias limitadas, principalmente gracias a Nvidia y Alphabet.
El año trajo una transformación inesperada en la percepción de Alphabet, que al principio parecía rezagada en la carrera por la inteligencia artificial, sobre todo por considerarla atrasada respecto a rivales como ChatGPT y por las dudas sobre la innovación en su negocio de búsqueda y publicidad. Sin embargo, en la segunda mitad del año, la compañía experimentó una recuperación sobresaliente: avanzó en Gemini, alcanzó hitos en Google Cloud y YouTube, y consolidó una valoración de 4 billones de dólares, duplicando su valor en apenas seis meses. Así, Alphabet se colocó a la par de Apple, solo por detrás de Nvidia y superando a Microsoft, en un escenario que parecía inverosímil a principios de año.
Por su parte, Nvidia, líder indiscutible en inteligencia artificial, mantuvo su auge durante todo 2025. La empresa continuó incrementando sus ventas con márgenes históricos y una demanda que superaba la oferta de sus chips Hopper y Blackwell. En verano, Nvidia incluso se convirtió en la compañía más valiosa del mundo. No obstante, este crecimiento explosivo comenzó a generar dudas en el mercado en la segunda mitad del año, con analistas y expertos cuestionando la sostenibilidad del ciclo alcista en IA y comparando la situación con la burbuja puntocom. Figuras como Michael Burry advirtieron sobre posibles caídas y sobrevaloraciones, sugiriendo que el optimismo podría estar excesivamente inflado.
El auge de la inteligencia artificial también se refleja en los planes para futuras IPO de empresas clave del sector, como OpenAI, Anthropic y SpaceX. La expectativa es que estos eventos puedan convertir a la IA en una inversión aún más accesible y abrir una nueva fase de crecimiento y valoración en los mercados. No obstante, si estos grandes lanzamientos fracasan o si los inversores muestran mayor cautela, la euforia se frenaría rápidamente, poniendo a prueba la sostenibilidad a largo plazo de la actual ola de innovación tecnológica.
Finalmente, las alarmas sobre la posible sobrevaloración y la similitud financiera con episodios históricos como la burbuja puntocom de los años 2000 no han sido sólidas. Sin embargo, expertos como Michael Burry advierten que la apreciación excesiva en compañías como Nvidia podría tener un coste si las expectativas no se cumplen, sobre todo en un entorno en el que la depreciación del hardware y los cambios en la política de gastos podrían presionar los beneficios en el futuro cercano. En conclusión, 2025 pasará a la historia como un año en el que la brecha entre las ganancias y las expectativas extremas quedó en evidencia, abriendo un período de ajuste para el sector tecnológico y el ecosistema de inteligencia artificial que podría prolongarse hasta 2026, año en el que se decidirá si la actual burbuja de IA se transforma en una consolidación o en el fin de un ciclo de euforia desmedida.