El aumento en la demanda de componentes para inteligencia artificial genera escasez y posibles aumentos en los precios de dispositivos electrónicos
La creciente demanda de componentes para inteligencia artificial genera una escasez que podría elevar los precios y reducir la disponibilidad de dispositivos electrónicos.
Los precios de los smartphones y otros dispositivos electrónicos podrían aumentar notablemente en los próximos meses, ante la creciente dificultad para acceder a componentes clave en la cadena de suministro. Expertos advierten que la demanda impulsada por la expansión de la inteligencia artificial (IA), junto con los cambios recientes en los productos de Nvidia, están generando cuellos de botella en la adquisición de chips, memorias y dispositivos de almacenamiento.
El auge de la IA ha provocado una sobredemanda en centros de datos, lo que ha intensificado la competencia por semiconductores especializados. Empresas como Alibaba y gigantes tecnológicos como Microsoft y Google han anunciado problemas de abastecimiento, señalando una escasez significativa que, según esa tendencia, podría prolongarse entre dos y tres años. La falta de capacidad en la producción de discos duros y memorias DRAM ha llevado a priorizar ciertos tipos de chips para aplicaciones de IA, dejando en segundo plano otros productos esenciales y elevando sus precios.
Se espera que los costes de la memoria, especialmente las memorias de alta precisión como HBM y LPDDR, aumenten un 30% en el último trimestre de 2023, con una proyección adicional de subida del 20% en 2026. Este incremento repercutirá en el coste final de smartphones, ordenadores portátiles y otros electrodomésticos, ya que estos componentes pueden representar entre el 10% y el 25% del coste total de fabricación.
La tendencia ha llevado a que fabricantes como Xiaomi y Dell adviertan sobre futuras subidas de precios y dificultades para conseguir componentes. La escasez también afecta a sectores como la automoción, la industria y la defensa, que dependen de semiconductores similares. La atención se centra en Nvidia, que ha ajustado su uso de memorias, incluyendo un aumento en la utilización de LPDDR de última generación, más eficiente energéticamente, lo que eleva aún más la demanda en el mercado de consumo y puede generar obstáculos en la cadena de suministro.
La crisis se ha agravado por la falta de inversión en capacidad adicional por parte de los fabricantes, que temieron sobrecargar la oferta y no ampliaron instalaciones a la velocidad requerida. Esto, sumado a que la construcción de nuevas fábricas de semiconductores tarda entre dos y tres años, ha causado un desfase entre la oferta y la demanda que se estima continuará afectando los precios durante el próximo año.
En resumen, la demanda sin precedentes de componentes para IA y la reorientación de recursos hacia estos mercados están poniendo en jaque la estabilidad de precios y el abastecimiento de dispositivos electrónicos a nivel mundial. Si las tendencias persisten, tanto consumidoras como empresas podrán experimentar incrementos en los costes y dificultades para acceder a dispositivos de uso cotidiano en los próximos meses y años.