ChatGPT alcanza 800 millones de usuarios activos y enfrenta desafíos legales por uso de contenidos protegidos
ChatGPT, con 800 millones de usuarios, enfrenta desafíos legales y un impacto económico y ambiental que redefine la inteligencia artificial globalmente.
El 30 de noviembre de 2022 marcó un antes y un después en el mundo de la inteligencia artificial con el lanzamiento de ChatGPT, el chatbot desarrollado por OpenAI que rápidamente conquistó a usuarios en todo el mundo. Hasta julio de 2025, se estima que cuenta con aproximadamente 800 millones de usuarios activos semanales, un crecimiento significativo desde los 500 millones registrados en marzo del mismo año. Esta impresionante cifra pone en evidencia la relevancia de la tecnología en la vida cotidiana y su potencial para transformar diversos ámbitos.
En Alemania, ChatGPT ocupa el cuarto lugar en uso, siendo principalmente utilizado para actividades como escritura, búsqueda de información, orientación, salud, fitness, aprendizaje y apoyo personal. La facilidad de acceso y la utilidad en diferentes contextos han contribuido a su rápida adopción en este país. Sin embargo, no todo ha sido positivo en torno a esta innovación. OpenAI ha utilizado en su entrenamiento contenidos protegidos por derechos de autor, lo que ha generado controversias legales y debates sobre la regulación del uso de material protegido en modelos de lenguaje amplio (LLM).
En noviembre, el tribunal de Múnich falló a favor de la Sociedad para la Gestión de Derechos de Autor en Música (GEMA) de Alemania, en un caso en el que se involucraban canciones de artistas como Helene Fischer y Herbert Grönemeyer. Este fallo evidencia la problemática legal que aún persiste respecto a la utilización de obras protegidas en el entrenamiento de modelos de IA. Empresas como Meta, Google y Amazon también enfrentan acusaciones similares, reflejando un panorama donde la regulación todavía está en desarrollo y genera intensos debates en todo el sector.
El impacto económico de la inteligencia artificial también ha sido notable. Nvidia, uno de los principales beneficiados, ha alcanzado una valoración superior a 5 billones de dólares, siendo la primera compañía en lograr tal cifra basada únicamente en sus negocios relacionados con la IA. La influencia de estas tecnologías ha provocado un auge en startups y un mercado que algunos comparan con la burbuja de las puntocom de los años 2000. Según el MIT, la IA podría sustituir hasta el 11,7% del mercado laboral en Estados Unidos, y esto ha impulsado un crecimiento sin precedentes en la inversión en centros de datos y en la adquisición de recursos computacionales de alta potencia.
No obstante, también surgen preocupaciones sobre el impacto ambiental. La capacitación y operación de estos sistemas consumen elevadas cantidades de agua y electricidad. En particular, actividades vinculadas con Microsoft y otros colosos tecnológicos sugieren un incremento en las emisiones de CO2 y un aumento en la demanda de energía nuclear, como el reinicio de plantas de energía y la construcción de pequeños reactores nucleares, en un intento de mitigar el consumo energético y el impacto ambiental.
Desde su inicio en 2015 en San Francisco, OpenAI ha mantenido la visión de crear una inteligencia artificial general (AGI) que sea comparable a la inteligencia humana. Sin embargo, esta ambiciosa meta ha llevado a la compañía a transformarse de una organización sin fines de lucro a un modelo con fines de lucro, dependiente en gran medida de financiación externa. Con una inversión conjunta que superó los 57.900 millones de dólares y un compromiso futuro que podría alcanzar más de un billón en gastos, OpenAI se mantiene en una senda de inversión desmesurada para mantenerse a la vanguardia en una competencia cada vez más feroz.
A pesar de su elevado coste operativo, ChatGPT genera alrededor de 13.000 millones de dólares en ingresos anuales, principalmente a través de suscripciones como ChatGPT Plus y versiones profesionales. Sin embargo, la compañía aún registra pérdidas significativas; en particular, en el tercer trimestre, las pérdidas calculadas para OpenAI alcanzaron los 11.500 millones de dólares, siendo una parte importante de esta inversión soportada por Microsoft, que posee un 27% de la firma.
La carrera para desarrollar sistemas cada vez más avanzados continúa frente a un escenario de incertidumbre respecto a la regulación y sostenibilidad de estos proyectos. La evolución de otros generadores de contenido, como las herramientas de vídeo de OpenAI o las iniciativas de Elon Musk y Adobe, demuestra que el impacto de ChatGPT ha sido solo el inicio de una transformación radical en la manera en que la inteligencia artificial se integra en todos los aspectos de nuestra vida y economía.