El consumo energético de ChatGPT por prompt es bajo, pero su uso masivo podría tener un impacto ambiental significativo
Aunque el consumo individual de ChatGPT es bajo, su creciente uso masivo puede tener un impacto ambiental relevante.

El CEO de OpenAI, Sam Altman, ha dado a conocer el consumo energético de ChatGPT por cada prompt y, aunque este consumo es relativamente bajo en comparación con otras actividades, su impacto a nivel global podría ser considerable debido a la magnitud de su uso. Según Altman, cada consulta utiliza aproximadamente 0,34 vatios-hora, una cantidad cercana a lo que un horno o una bombilla de alta eficiencia emplean en pocos minutos. Además, se estima que cada interacción requiere unos insignificantes 0,000085 galones de agua, lo que ayuda a entender el bajo impacto individual del uso de la inteligencia artificial.
Sin embargo, ChatGPT cuenta con cerca de 400 millones de usuarios activos semanalmente y esa cifra continúa creciendo rápidamente. El aumento en el uso de herramientas de IA, incluyendo otras como Google Gemini y Claude de Anthropic, implica que el consumo energético agregado puede escalar de manera significativa. Aunque una sola consulta no representa un problema, la acumulación de miles de millones de interacciones podría tener un impacto ambiental relevante, especialmente si se consideran las tendencias de crecimiento y la expansión del mercado de la inteligencia artificial.
Estudios recientes, como uno publicado por MIT Technology Review, muestran que ciertos usos intensivos de IA, como un vídeo de cinco segundos, pueden consumir tanta energía como un microondas durante una hora, lo que evidencia que la preocupación por el impacto ambiental de estas tecnologías no es infundada. Aunque el consumo por prompt de ChatGPT es relativamente bajo, la gran cantidad de interacciones diarias hace que el debate sobre su huella ecológica gane relevancia cada vez más.
Altman también mencionó que, en un incidente reciente, una caída masiva de ChatGPT impidió durante más de diez horas que millones de usuarios accedieran a la plataforma, generando un fuerte impacto y diferentes perspectivas sobre el papel de la IA en la vida diaria. Mientras algunos expresan preocupación por el consumo energético, otros recuerdan los beneficios que estas tecnologías aportan a millones de personas y a la sociedad en general.
La discusión sobre la huella de carbono de la inteligencia artificial todavía está en sus primeras etapas, y muchos advierten que, si bien en el presente el impacto puede parecer manejable, a largo plazo la tendencia de aumento en el uso y la demanda puede generar desafíos considerables. La cuestión clave será determinar en qué punto las preocupaciones ambientales deben impulsar una revisión profunda de cómo y cuánto consume la IA, armonizando innovación y sostenibilidad en el camino hacia el futuro.