Estados Unidos modifica regulaciones y elimina incentivos para vehículos eléctricos, afectando el mercado automotor

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Estados Unidos modifica regulaciones y elimina incentivos para vehículos eléctricos, afectando el mercado automotor

Estados Unidos realiza cambios regulatorios que fortalecen los autos tradicionales y disminuyen apoyos a los vehículos eléctricos, impactando el futuro de la industria.

Descripción

El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, implementó una serie de cambios regulatorios que afectaron significativamente el sector automotor y la industria de los vehículos eléctricos (EV). Uno de los pasos más relevantes fue la firma de una orden ejecutiva destinada a eliminar la normativa que promovía la adopción de vehículos eléctricos y los subsidios asociados, con el objetivo de facilitar el regreso a un mercado más orientado a los coches tradicionales de gasolina.

Recientemente, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) propuso retirar un hallazgo crucial de 2009 que determinaba que los gases de efecto invernadero representaban una amenaza para la salud pública. Esta medida reduciría las obligaciones de medición y control para los fabricantes de vehículos respecto a las emisiones, disminuyendo las restricciones regulatorias en un momento en que las compañías automotrices evalúan sus estrategias y líneas de productos.

Por otra parte, la ley fiscal aprobada en Estados Unidos eliminó los créditos fiscales de 7.500 $ para coches eléctricos nuevos y de 4.000 $ para usados, con efecto a partir del 30 de septiembre. Este cambio afecta directamente a fabricantes como Tesla, General Motors, Ford y Rivian, que dependían de estos incentivos para aumentar sus ventas y rentabilidad. El fin de estos créditos también implica la desaparición del programa de compra y venta de créditos regulatorios, que permitía a los fabricantes de vehículos tradicionales adquirir créditos de emisiones a los productores de EV para cumplir con las normativas, beneficiando a los primeros y generando ingresos para los segundos.

Como consecuencia de estos cambios regulatorios, las principales automotrices están revisando sus estrategias y expectativas para el futuro cercano. Tesla, por ejemplo, advirtió que atraviesa una «fase de transición extraña», reconociendo que la pérdida de incentivos podría generar algunos trimestres difíciles y retrasar el desarrollo de sus modelos de menor coste. General Motors anticipa ciertas dificultades para mantener la rentabilidad en sus vehículos eléctricos, aunque confía en que el impacto no será significativo para sus resultados de 2025. Ford, por su parte, ha ajustado su inversión en EV y apuesta por ofrecer una gama más diversa de híbridos para responder a las nuevas condiciones del mercado.

Rivian ha reducido sus expectativas de ingresos provenientes de créditos regulatorios para el resto de 2025, señalando una disminución de los ingresos positivos a corto plazo y una posible reducción de la competencia a largo plazo, dado que las menores inversiones en electrificación por parte de los fabricantes tradicionales podrían disminuir la presión en este mercado en auge. En definitiva, estos cambios regulatorios representan un momento de ajuste en la industria automotriz estadounidense, con posibles repercusiones en la innovación, competitividad y en la dirección del mercado de vehículos eléctricos en los próximos años.