Europa busca consolidar su independencia en inteligencia artificial mediante iniciativas públicas y modelos de código abierto

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Europa busca consolidar su independencia en inteligencia artificial mediante iniciativas públicas y modelos de código abierto

Europa apuesta por la colaboración y modelos abiertos para reducir su dependencia tecnológica y liderar en innovación en inteligencia artificial.

Descripción

A finales de la década de los 60, Estados Unidos dominaba con fuerza el mercado de la aviación, controlando el duopolio formado por Boeing y McDonnell Douglas. La situación era tan predominante que parecía inevitable la dependencia europea de estas gigantes. Sin embargo, Francia, Alemania, Reino Unido y España optaron por una estrategia diferente: unir talento e inversión para crear una empresa aeroespacial europea capaz de desafiar la hegemonía estadounidense. Así nació Airbus en 1970, un proyecto público-privado sin precedentes en el continente, que consiguió, apenas cuatro años después, lanzar su primer avión comercial y marcar el comienzo del progreso tecnológico europeo.

Tras medio siglo, Europa enfrenta ahora un nuevo desafío en el campo de la inteligencia artificial (IA). La aparición de ChatGPT a finales de 2023 desató la llamada «fiebre del oro» de la IA, con una carrera frenética en la que compiten gigantes tecnológicos como Google, OpenAI, DeepSeek y Alibaba, en una pugna con claras implicaciones geopolíticas entre Estados Unidos y China. La Unión Europea, consciente de la necesidad de reducir su dependencia de infraestructuras controladas por potencias externas, busca posicionarse en esta carrera mediante el impulso de sistemas públicos y democráticos de IA de código abierto, como alternativa a los modelos cerrados.

Este enfoque de tecnonacionalismo de suma cero, que recuerda a la competencia espacial entre 1955 y 1975, está erosionando el multilateralismo. Sin embargo, cada vez son más las naciones que abogan por abandonar esta lógica maniquea y renovar el espíritu de colaboración científica e industrial. La creación de grandes modelos de lenguaje (LLM) para el bien común, como los desarrollados en Airbus o en iniciativas europeas, refleja esta tendencia a promover la cooperación internacional. La propuesta de crear un «Airbus para la IA», impulsada por expertos como Joshua Tan, subraya que la colaboración entre países es la vía esencial para mantener la autonomía frente a potencias como EE.UU. y China.

Un debate central en el ámbito de la IA se centra en el acceso a estas tecnologías. Los modelos cerrados, controlados por empresas privadas en Silicon Valley, suelen ser de pago y de acceso restringido, lo que limita la innovación y mantiene una alta dependencia de infraestructuras controladas por grandes corporaciones. En contraste, el modelo abierto propone compartir públicamente el código fuente y los datos de entrenamiento, permitiendo que cualquier usuario pueda personalizar y crear nuevas aplicaciones de forma gratuita. Esta opción, además de reducir costes, fomenta la transparencia y la colaboración científica, facilitando que investigadores independientes puedan investigar las limitaciones y mejorar los modelos de IA.

Europa ha avanzado significativamente en la creación de alternativas públicas a estos modelos, destacando iniciativas como Apertus, un LLM de código abierto desarrollado en Suiza con participación de centros académicos y laboratorios europeos. Lanzado en septiembre, este sistema prioriza el multilingüismo —incluyendo más de 1.000 idiomas— y cumple estrictas normativas europeas de privacidad y derechos de autor. A diferencia de ChatGPT, Apertus no está destinado al consumo directo, sino que funciona como base para construir aplicaciones como chatbots, traductores o herramientas educativas.

En España y Cataluña también se están gestando proyectos pioneros, como AINA, con la creación de modelos en catalán, y la infraestructura pública ALIA, que desplegará modelos de IA generativa en castellano y lenguas cooficiales. La apuesta del gobierno español y del sector tecnológico europeo busca que los modelos de IA potentes en ámbitos científicos puedan traducirse en aplicaciones prácticas para la ciudadanía.

La Unión Europea ha invertido en medidas para posicionarse como líder en innovación en IA, destinando fondos a programas como Open Euro LLM y promoviendo la creación de ecosistemas propios mediante proyectos públicos, recopilación de datos multilingües y herramientas destinadas a administraciones, pequeñas empresas y la comunidad académica. Sin embargo, expertos advierten sobre la necesidad de mayor coordinación y colaboración entre países miembros para evitar dispersión y potenciar un esfuerzo común que permita a Europa competir efectivamente frente a Estados Unidos y China.

Mientras tanto, los modelos de código abierto están ganando terreno en el escenario global. Países como China ya desarrollan modelos competitivos, como Qwen o MiniMax, con capacidades similares a las de los gigantes norteamericanos, aunque en muchos casos con un nivel parcial de apertura en su código y datos. La proliferación de estos modelos de pesos abiertos, que comparten solo parámetros finales y no toda la arquitectura, permite una mayor transparencia y fomenta la innovación, además de convertirse en estrategia diplomática, especialmente para expandir su influencia en regiones como el Sur Global. Europa, con su apuesta por sistemas democráticos y transparentes, tiene ahora la oportunidad de liderar una alternativa más inclusiva y pluralista en el desarrollo de la inteligencia artificial.