Executivos de tecnología y energía discuten el uso de combustibles fósiles para satisfacer la demanda energética de la inteligencia artificial
Ejecutivos de las industrias tecnológica y energética debaten sobre las opciones para abastecer la creciente demanda de energía de la inteligencia artificial.

La semana pasada, en un encuentro celebrado en Oklahoma City en el Instituto Hamm para la Energía Americana, ejecutivos de las industrias tecnológica y energética debatieron sobre cómo satisfacer la creciente demanda de energía generada por la inteligencia artificial (IA), revelando que todas las opciones están sobre la mesa, incluidos los combustibles fósiles como el gas natural. Aunque las principales empresas tecnológicas, como Amazon y Nvidia, han invertido principalmente en energías renovables para reducir su huella de carbono, el actual entorno político en Estados Unidos, marcado por la administración del expresidente Donald Trump, ha impulsado una mayor producción de combustibles fósiles, especialmente gas natural y carbón.
Kevin Miller, vicepresidente de centros de datos globales de Amazon, afirmó que será necesaria una estrategia «integral» y temporal que incluya generación térmica, como el gas natural, para atender la demanda energética a corto plazo. La compañía sigue comprometida con la reducción de sus emisiones de carbono, siendo el principal comprador corporativo de energía renovable y realizando inversiones en tecnologías avanzadas como la nuclear y la captura de carbono, aunque estas tecnologías no estarán disponibles hasta la década de 2030. Mientras tanto, Amazon prioriza el acceso a una energía estable y segura para poder cumplir con la demanda de sus clientes, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2040.
Por su parte, Nvidia, representada por su director sénior de sostenibilidad corporativa, Josh Parker, expresó que, en medio de la crisis energética que enfrenta la IA, la prioridad es disponer de toda la energía posible, aunque reconoció que algunos clientes prefieren energías limpias y otros no. Además, Jack Clark, cofundador de Anthropic, advirtió que se necesitarán aproximadamente 50 gigavatios de nueva capacidad energética para 2027, lo que equivale a 50 reactores nucleares, y que esta demanda puede impulsar el desarrollo de fuentes de energía más innovadoras y sostenibles a largo plazo.
El uso del carbón en la generación de energía para la IA generó cierta resistencia entre los participantes. Aunque algunas declaraciones sugirieron que, en un escenario extremo, el carbón podría considerarse para satisfacer la demanda, los ejecutivos no mostraron un apoyo directo a esta opción. El propio Trump firmó recientemente una orden para incrementar la producción de carbón, citando la demanda de la IA, pero las empresas consultadas señalaron que, aunque el carbón no está en su lista de prioridades, no lo descartan por completo en caso de que sea necesario en el futuro próximo.
En resumen, la discusión reflejó una realidad compleja en la que, ante la creciente demanda energética de la IA, se combina una necesidad inmediata de energía estable y segura con el compromiso a largo plazo de reducir el impacto ambiental, explorando un amplio espectro de opciones que van desde renovables hasta fuentes fósiles tradicionales.