El impacto ambiental del uso de cortesía en la interacción con inteligencias artificiales y su alto costo energético
El uso de expresiones de cortesía en IA podría estar costando millones en energía, planteando dudas sobre su impacto ambiental y beneficios prácticos.

Un reciente análisis ha puesto de manifiesto un impacto sorprendente en el consumo energético asociado a las interacciones con inteligencias artificiales como ChatGPT. Se estima que las palabras de cortesía, como decir "por favor" o "gracias", podrían estar costando a OpenAI decenas de millones de dólares en electricidad. Esto se debe a que cada interacción con la IA requiere el procesamiento de servidores masivos que consumen una gran cantidad de energía.
Según datos de una encuesta realizada por Future PLC, el 70% de las personas son amables con la inteligencia artificial, mientras que un 12% lo hace en caso de prever una posible rebelión de robots. Aunque estas expresiones de cortesía parecen simples, su impacto en el consumo energético y en la eficiencia de la IA ha generado debate. La cortesía no solo puede mejorar la calidad de las respuestas, reducir sesgos y aumentar la fiabilidad del sistema, sino que también puede influir en la experiencia del usuario.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, bromeó respecto a los costos asociados, diciendo que gastar "decenas de millones de dólares" en energía por las palabras amables podría ser "bien invertido". Mientras tanto, expertos y usuarios se cuestionan si vale la pena seguir siendo cortés con estas máquinas, considerando el impacto ambiental y económico que ello conlleva.
El interés en las buenas prácticas de interacción con la IA no es solo una cuestión de etiqueta. Investigaciones muestran que un lenguaje bien estructurado y cortés puede mejorar la calidad de las respuestas y reducir sesgos, contribuyendo a una mayor fiabilidad del sistema. Esto abre la puerta a la posibilidad de que en el futuro, la cortesía sea una característica incorporada en el entrenamiento de los modelos de IA, favoreciendo a quienes mantienen una comunicación respetuosa.
En definitiva, aunque ser amable con ChatGPT puede implicar un gasto energético considerable, también puede ofrecer beneficios en la interacción y la precisión de las respuestas. La cuestión que queda en el aire es si estos beneficios justifican el costo ambiental, en un momento en que la sostenibilidad y el cuidado del planeta son prioritarios para la comunidad global.