El impacto ambiental del uso diario de chatbots: consumo energético y sostenibilidad
El uso cotidiano de chatbots como ChatGPT implica un consumo energético significativo, afectando la sostenibilidad y el medio ambiente a nivel global.

Recientemente se ha revelado que interactuar con una inteligencia artificial como ChatGPT no solo es una cuestión de cortesía, sino que también implica un impacto ambiental importante. Aunque un saludo o una respuesta amistosa parecen acciones simples, en realidad generan un consumo energético comparable al de una bombilla led de 10 vatios encendida durante 72 segundos. Si se considera que la plataforma cuenta con 122 millones de usuarios diarios en todo el mundo, el gasto energético total se vuelve considerable.
El profesor Antonio Pita, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que el consumo energético de una IA se distribuye en dos fases principales: el entrenamiento del modelo y su uso cotidiano. La fase de entrenamiento es la más costosa, requiriendo entre 1 y 10 gigavatios-hora de energía debido a semanas o meses de cálculo intensivo en centros de datos equipados con miles de unidades de procesamiento gráfico que analizan trillones de datos.
Por otro lado, el uso diario por parte de la ciudadanía, aunque mucho menos intensivo, también genera un impacto notable, ya que cada petición activa millones de cálculos para generar respuestas en tiempo real. Los procesos que más consumen energía incluyen el análisis de grandes volúmenes de datos, que requiere entre 20 y 50 vatios-hora, la generación de imágenes digitales (10–100 Wh) y la creación de vídeos, que puede superar los 1.000 vatios por minuto.
El impacto ambiental no se limita solo a la energía, ya que los centros de datos necesitan agua para enfriar los servidores y evitar sobrecalentamientos. En países con climas fríos, como Irlanda, Islandia y Noruega, este gasto hídrico se reduce considerablemente, mientras que en regiones con escasez de agua, como España, el consumo puede convertirse en un problema de sostenibilidad, compitiendo con otros usos vitales.
Según el análisis de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), para 2030 la demanda energética de los centros de datos de IA se duplicará, alcanzando el consumo eléctrico de todo un país como Alemania en un solo año. Además, se estima que los centros de datos que soportan servicios digitales como Google o Netflix duplicarán su gasto eléctrico en cinco años, mientras que los centros de datos específicos de IA cuadruplicarán su consumo en ese período.
Frente a estas proyecciones, expertos como Pita recomiendan reflexionar sobre cuándo es realmente necesario utilizar la IA para reducir su impacto ambiental. Aun así, el propio ChatGPT sugiere que la cortesía y la amabilidad también aportan un valor social y humano, resaltando que, aunque estos gestos aumentan el consumo energético, tienen un valor emocional que no debe perderse en la interacción con estas tecnologías.