Jeff Wang asume como CEO interino de Windsurf en medio de cambios y pérdidas en startups de inteligencia artificial

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Jeff Wang asume como CEO interino de Windsurf en medio de cambios y pérdidas en startups de inteligencia artificial

Jeff Wang asume como CEO interino de Windsurf, en un contexto de duros cambios y repuntes en el sector de startups de inteligencia artificial.

Descripción

Jeff Wang, de 39 años, fue nombrado CEO interino de Windsurf tras la salida inesperada de los fundadores y principales investigadores hacia Google, en medio de un acuerdo de licencia valorado en 2,4 millardos de dólares. La noticia se anunció durante una reunión emotiva en las oficinas de Silicon Valley, donde personal y directivos vivieron un día complicado. Wang, uno de los ejecutivos de mayor rango en la compañía, destacó la dificultad del momento, señalando que muchas personas lloraron y que tuvo que tranquilizar a la plantilla, preocupada por sus familias y su futuro laboral.

Windsurf forma parte de una tendencia preocupante en el sector de las startups de inteligencia artificial, en la que grandes empresas como Meta, Google, Microsoft y Amazon reclutan talento de empresas más pequeñas, lo que pone en jaque la estructura interna y el valor de estas startups. Un ejemplo destacado fue la inversión de Meta en Scale AI, que alcanzó los 14,3 millardos de dólares, duplicando su valoración, pero reduciendo su plantilla en un 14%. Estos movimientos, que incluyen compras de participaciones minoritarias o licencias de tecnología, suelen realizarse para evitar revisiones regulatorias, como en los casos de Amazon con Covariant y Google con Character.AI, ambos bajo investigación de la Comisión Federal de Comercio por prácticas que podrían facilitar estrategias de adquisición encubierta.

Empresas como Windsurf y Character.ai enfrentan ahora una realidad de incertidumbre, pérdidas de talento y cambios en su estructura. En el caso de Windsurf, tras una fallida negociación de adquisición con OpenAI, la startup fue vendida por una suma muy inferior a lo esperado en un acuerdo de adquisición tradicional. La compra fue realizada por Cognition en un acuerdo que, según reportes, rondaría los 250 millones de dólares, menos del 10% del monto negociado con OpenAI. Pese a ello, Windsurf sigue operando como parte de Cognition, aunque Wang admite que desconoce cuál será su rol en el futuro tras la integración.

Otros ejemplos del sector muestran un patrón similar: Google, tras su acuerdo con Character.AI, incorporó a los fundadores y algunos empleados clave, mientras que la mayoría del resto de la plantilla abandonó la empresa. Sin embargo, Character asegura que continúa activa, con una base significativa de usuarios y la implementación de nuevos productos, además de establecer una estructura que permita a empleados e inversionistas obtener beneficios a largo plazo, mediante fondos de escrow y otros mecanismos. Por su parte, Inflection AI fue adquirida por Microsoft en una operación valorada en unos 650 millones de dólares, en una estrategia que permite a Microsoft acceder a tecnologías y talento sin bloquear futuras alternativas de negocio.

En el caso de Covariant, startup especializada en sistemas de IA para robots en almacenes, la adquisición por parte de Amazon en 2023 generó controversia. La operación, valorada en más de 400 millones de dólares, incluyó una licencia no exclusiva que limitó la capacidad de Covariant para participar en futuros acuerdos y activó investigaciones regulatorias por su posible diseño para evadir revisiones antimonopolio. La situación de Covariant refleja cómo estas transacciones pueden afectar la competencia y la innovación del sector. Otros ejemplos similares incluyen Adept, cuya mayor parte del talento fue absorbido por Amazon, y que mantiene operaciones independientes aunque con poca actividad pública.

Expertos y reguladores advierten que estas prácticas, monitorizadas por la FTC y otras entidades regulatorias, representan una transformación en la forma en que las grandes tecnológicas consolidan su poder en el sector de la inteligencia artificial. La tendencia apunta a una estrategia en la que las empresas prefieren comprar participaciones o licencias en lugar de adquisiciones completas, para sortear las revisiones regulatorias y acelerar su despliegue en el mercado. Sin duda, este escenario plantea interrogantes sobre el impacto en la innovación, la competencia y los derechos del personal en un mercado cada vez más centralizado en las grandes corporaciones tecnológicas.