El incremento en consumo energético de los modelos de lenguaje en la era de la inteligencia artificial genera preocupaciones ambientales y económicas

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El incremento en consumo energético de los modelos de lenguaje en la era de la inteligencia artificial genera preocupaciones ambientales y económicas

El avance de la inteligencia artificial está intensificando el consumo energético global, afectando tarifas, infraestructura y el compromiso con energías renovables.

Descripción

El avance de la inteligencia artificial y, en particular, el entrenamiento de grandes modelos de lenguaje (LLM), ha provocado un aumento significativo en el consumo energético mundial. Según informes recientes, estos procesos requieren miles de GPUs funcionando durante meses, lo que genera costes energéticos muy elevados y una huella ecológica considerable.

Se estima que para el período 2030–2035 los centros de datos podrían representar aproximadamente el 20% del consumo energético global. Este aumento en la demanda de energía no solo ejerce una presión enorme sobre la infraestructura eléctrica, sino que también provoca un incremento en las tarifas en países como Estados Unidos. Estudios indican que las tarifas eléctricas en dicho país han subido hasta un 20%, en buena parte debido a la demanda energética de los centros de datos y sistemas de inteligencia artificial.

Este aumento en el uso de energía tiene implicaciones directas en la economía doméstica, ya que las facturas de electricidad se ven afectadas por estos picos de consumo. Además, la infraestructura energética actual, deteriorada en muchos aspectos, enfrenta desafíos adicionales, especialmente porque las fuentes tradicionales, como las centrales fósiles, afrontan limitaciones regulatorias y de disponibilidad.

A pesar del potencial de las energías renovables, como la solar y la eólica, para aliviar esta carga, recientes decisiones políticas en Estados Unidos —como la orden ejecutiva de la administración Trump que eliminó incentivos para estas tecnologías— dificultan su expansión. La combinación de una infraestructura envejecida, restricciones regulatorias y una demanda acelerada de energía para alimentar sistemas de IA genera un escenario en que el equilibrio entre desarrollo tecnológico y sostenibilidad ambiental está en riesgo.

Expertos advierten que, aunque la innovación en IA continúa a ritmo acelerado, el consumo energético solo aumentará con el tiempo. La previsión de la Agencia Internacional de Energía indica que en Estados Unidos el consumo de energía de los centros de datos representará casi la mitad del crecimiento total del consumo eléctrico hasta 2030, lo que exige una revisión urgente de las políticas energéticas y de infraestructura para garantizar un desarrollo sostenible en esta era digital.