Una interpretación de IA basada en taza de café genera un proceso de divorcio en Grecia
Una pareja en Grecia confió en una interpretación de IA sobre residuos de café, lo que desencadenó un proceso de divorcio y cuestiona el uso de tecnología en asuntos personales.

Una mujer en Grecia está en proceso de divorcio después de que ChatGPT afirmara, en formato de una especie de lectura de tarot digital, que su esposo le era infiel. La pareja utilizó un chatbot de inteligencia artificial para interpretar patrones en los residuos de café, basándose en la práctica ancestral de la tasseografía, una técnica que consiste en leer los símbolos y formas que dejan los restos en la taza para predecir el futuro o revelar secretos ocultos.
Según reportes del Greek City Times, la pareja tomó una foto de los residuos en la taza de café griego y la ingresó en el sistema de ChatGPT, sin entrenamiento específico en tasseografía. La IA analizó la imagen y, de manera sorprendentemente específica, afirmó que el esposo fantaseaba con una mujer cuyo nombre comenzaba con “E” y que, además, ya había iniciado una relación secreta con ella. Para la mujer, la interpretación fue tan convincente que decidió actuar en consecuencia: pidió a su esposo que se fuera, anunció a sus hijos la separación y presentó la demanda legal tres días después.
Legalmente, aún no está claro cómo podría interpretar un tribunal una evidencia basada en una lectura de IA de un residuo de café. Hasta ahora, no existen precedentes en la justicia en los que se haya aceptado a un «robot oráculo» como prueba de infidelidad. Sin embargo, este caso arroja luz sobre un cambio cultural en la forma en que las personas perciben y confían en las tecnologías emergentes, incluso en ámbitos tan delicados como la vida personal.
La tasseografía no es un invento moderno, sino una práctica que lleva miles de años y que se ha utilizado en diversas culturas desde Turquía hasta China. La idea de que símbolos en un café puedan revelar secretos o futuros destinos refleja cómo las personas buscan encontrar historias y significado en el azar. La tendencia a externalizar estas prácticas a la inteligencia artificial indica una confianza cada vez mayor en las capacidades de los algoritmos para generar interpretaciones convincentes, aunque no siempre fundamentadas.
Es importante destacar que ChatGPT no posee conocimientos específicos en tasseografía. Lo que hace es generar conjeturas basadas en patrones visuales y en datos existentes en internet, produciendo respuestas que parecen creíbles, pero que en realidad son invenciones en un tono convincente, al igual que lo haría un humanista improvisado. Esto ha llevado a que, en algunos casos, las interpretaciones de IA puedan causar daños emocionales relevantes si se confían como verdades absolutas.
Casos previos, como lecturas de tarot o astrología, ya demostraron la flexibilidad de la IA para imitar prácticas esotéricas. Sin embargo, cuando se toman en serio, estas actividades pueden tener implicaciones profundas en la vida de las personas. En el contexto de esta historia en Grecia, la confianza en la supuesta «lectura» de la IA llevó a una decisión drástica, poniendo en evidencia que, si alguien está dispuesto a creer en las capacidades mágicas de una máquina, quizás el problema no esté en la tecnología, sino en la confianza que se le otorga.
Así, mientras pedirle a ChatGPT que interprete restos de café puede ser solo una anécdota divertida, es recomendable no basar decisiones importantes en sus respuestas. La próxima vez que veas un remolino en tu taza, recuerda que no es el fantasma de una vidente digital, sino solo un patrón aleatorio. A veces, el café solo es café.