Las apuestas políticas de Elon Musk afectan las ventas y la imagen de Tesla y SpaceX
Las decisiones políticas de Musk están impactando la percepción pública y las ventas de sus principales empresas, generando incertidumbre en su futuro empresarial.
Tras los últimos resultados trimestrales, que muestran una caída en las ventas de Tesla nunca antes vista en la última década, surge la pregunta de si Elon Musk volvería a tomar las mismas decisiones si pudiera retroceder en el tiempo al 13 de julio de 2024, día del atentado contra Donald Trump. En ese momento, tras publicar un tuit en el que apoyaba públicamente a Trump y deseaba su pronta recuperación, la figura de Musk pasó de ser un empresario controvertido y visionario a convertirse en uno de los principales apoyos del expresidente, llegando a ocupar roles políticos y a participar en eventos públicos en favor de Trump.
Durante meses, Musk se convirtió en una figura emblemática del trumpismo y del movimiento Maga, incluso sustituido en cierto modo por figuras como Steve Bannon. Sin embargo, este cercano respaldo tuvo un coste para sus negocios: la imagen de Tesla empezó a verse afectada y las ventas del fabricante de automóviles comenzaron a caer en todo el mundo, en medio de actos de vandalismo y protestas que incluso generaron vídeos virales en redes sociales de celebridades vendiendo sus Tesla en desacuerdo con las decisiones del CEO.
Incluso en marzo, Trump intentó revertir esta situación con una acción simbólica, comprando dos Tesla y elogiando públicamente el vehículo frente a la Casa Blanca, aunque sin éxito, dado que los seguidores de Trump también rechazaban los coches eléctricos, un tema que ha sido históricamente polémico en la política estadounidense.
Las tensiones alcanzaron su punto máximo en junio, cuando Musk criticó abiertamente una legislación propuesta por Trump, acusándolo de estar involucrado en archivos ilegales relacionados con el caso Epstein, una afirmación que generó un enfrentamiento público en redes sociales. Este conflicto abrió una brecha profunda: Musk también anunció un proyecto político propio, lo que alejó aún más su base de apoyo tradicional y afectó su imagen pública.
La exposición política de Musk comenzó a tener consecuencias concretas en sus empresas, especialmente en SpaceX y en contratos de defensa. La Casa Blanca dejó de considerar a SpaceX para un importante proyecto de defensa espacial, favoreciendo en su lugar a Amazon y su sistema Project Kuiper. Musk reaccionó diciendo que la selección se basaba en la ley de adquisiciones federales, pero la percepción general es que el empresario ahora enfrenta un escenario de aislamiento y pérdida de influencia.
Este creciente desapego político y la hostilidad tanto de adversarios como de antiguos aliados han agravado la incertidumbre sobre el futuro de sus negocios. Mientras tanto, la percepción pública de Tesla y SpaceX se ha visto afectada, y las inversiones en proyectos clave, como el sistema de defensa «Golden Dome», parecen cada vez más inciertas. La historia de Musk y sus empresas, marcada por sus decisiones y su exposición política, continúa siendo imprevisible, pero claramente en un momento crítico para su trayectoria empresarial.