Preocupación en Reino Unido por el uso excesivo de frases generadas por inteligencia artificial en discursos parlamentarios
El aumento del uso de frases automáticas generadas por inteligencia artificial en el Parlamento británico genera debate sobre autenticidad y respeto en la política.
Recientemente se ha observado una creciente preocupación por el uso excesivo y, en algunos casos, absurdo, de frases generadas por inteligencia artificial en los discursos del Parlamento británico. Según una investigación de Pimlico Journal, basada en registros parlamentarios, el uso de expresiones comunes relacionadas con la IA ha aumentado notablemente en el último año. Un ejemplo destacado es la frase «I rise to speak», que, aunque tiene casi 200 años de antigüedad, ha visto un incremento dramático en su uso, con 635 apariciones en 2025 frente a 231 en 2024. Este patrón se ha acelerado en línea con la expansión de herramientas de IA como ChatGPT.
El fenómeno ha generado críticas expresas, especialmente por parte de algunos miembros del Partido Conservador. El diputado Tom Tugendhat, representante por Tonbridge, calificó de «absurda» la práctica de emplear frases automáticas generadas por IA en los discursos, señalando que expresiones como «I rise to speak» son un «americanismo» que en su momento no era común en la Cámara de los Comunes. Tugendhat acusó a sus colegas de usar estas herramientas de forma que resta autenticidad y respeto a su labor, cuestionando si realmente representan a la ciudadanía cuando sus palabras no son propias.
El diputado fue más allá, criticando duramente a quienes, al parecer, dependen de respuestas automatizadas o chatbots para redactar sus discursos en lugar de argumentar con sus propias palabras. Desde su perspectiva, esta práctica no solo evidenciaría pereza por parte de los políticos, sino que también supondría una falta de respeto hacia la ciudadanía y una pérdida de la auténtica representación democrática. La denuncia refleja una inquietud general sobre cómo la utilización de la IA puede afectar la transparencia y la calidad de los debates parlamentarios, poniendo en duda la integridad de quienes ocupan cargos públicos.
Por el momento, las autoridades no han hecho declaraciones oficiales sobre este fenómeno, aunque la investigación señala que algunos de los legisladores mencionados no han comentado al respecto. Sin embargo, la discusión sobre la ética del uso de la IA en la política continúa avanzando, generando debate sobre hasta qué punto estas herramientas pueden emplearse en tareas administrativas o para facilitar la preparación de discursos sin que ello afecte la autenticidad y la confianza en los representantes electos.