Tribunal en Manhattan mantiene demanda contra OpenAI y Microsoft por posible infracción de derechos de autor en modelos de inteligencia artificial
Un tribunal en Manhattan avanza en una controversial demanda que acusa a OpenAI y Microsoft de usar obras protegidas sin autorización en sus modelos de inteligencia artificial.
La tensión entre las grandes empresas tecnológicas y los defensores de los derechos de autor sigue en aumento. Un tribunal federal de Manhattan ha decidido que la demanda presentada en abril por autores como George R.R. Martin, junto a un grupo de creadores, contra OpenAI y Microsoft debe continuar. El juez Sidney Stein ha señalado indicios suficientes de infracción de derechos de autor, destacando que los resultados generados por ChatGPT, como una propuesta de secuela de la famosa saga «Canción de hielo y fuego», presentan «similitudes sustanciales» con la obra protegida.
El tribunal considera que existe una posibilidad real de que los modelos de inteligencia artificial hayan sido entrenados con material protegido sin autorización, reproduciéndolo de forma no transformada. En una prueba presentada en la demanda, los abogados pidieron a ChatGPT que generara un esquema para una secuela alternativa de «Choque de reyes» sin seguir la trama original de «Tormenta de espadas». La respuesta del modelo fue «Danza de sombras», una historia que incluía a una heredera Targaryen desconocida, magia ancestral y una secta de los Hijos del Bosque. Aunque la historia se desviaba del canon, el estilo narrativo, los elementos y la estructura eran tan similares que generaron preocupación.
Los autores y abogados responsables concluyen que la inteligencia artificial se alimenta de obras protegidas para crear contenido derivado sin permiso, compensación ni atribución. Esta problemática se enmarca en un contexto donde distintos sectores creativos, como escritores, periodistas, ilustradores y músicos, han presentado demandas similares contra las prácticas recientes de las tecnológicas. La situación llega en un momento delicado para las empresas del sector, que enfrentan crecientes críticas y presiones en Estados Unidos, donde medios como The New York Times han acusado a OpenAI de usar sus artículos sin autorización, generando preocupación por la posible saturación del mercado con obras de calidad variable basadas en textos existentes.
La decisión del tribunal no implica una condena definitiva, pero funciona como una advertencia clara: entrenar modelos con contenido protegido sin los correspondientes acuerdos, licencias o compensaciones no será tolerado. Un caso similar al de Anthropic marca una tendencia que podría traducirse en cifras económicas récord si se consolidan las resoluciones judiciales en este sentido. Mientras tanto, autores como George R.R. Martin prefieren utilizar software seguro que garantice la protección de su trabajo y evite distracciones, demostrando una clara preocupación por la integridad de sus creaciones frente a la expansión de la inteligencia artificial en la industria cultural.